He vuelto a La Opinión, donde publicaré un artículo todos los viernes, bajo mi nueva sección "Nos queda la palabra. Espero que os gusten.
NOS QUEDA LA PALABRA
LA OPINION DE MURCIA 21 de junio
¡Vamos equipo!
Hace 25 años, cuando, con perdón, aterricé por estas tierras
para fichar por La Opinión, en la radio sonaba el Real Murcia-Real Madrid, de
tu a tu y cuando el adjetivo tenía connotaciones positivas. Hoy, el Murcia está
en Segunda B e investigado por posibles amaños con Alicante, con los que
únicamente compartimos la sospecha. Ahora militamos sólo en la Primera División
de la pobreza económica y moral.
Es verdad que ya tenemos autovía, pero apenas nos han pasado
la pelota para rematar alguna jugada, quizá por no reclamarla con fuerza. Y eso
que hemos ensayado, en seco, estrategias para, por ejemplo, sortear la barrera
en la falta del AVE. Y al no tocar balón ni sentir los colores, pues en el
campeonato nacional el nacionalismo siempre suma puntos, sólo buscamos el
lucimiento personal o dejarnos querer por los mercaderes. El árbitro, como mal
menor, no nos ve. La tragedia se masca en el estadio. Lo fácil es echarle la
culpa al entrenador, cuya ausencia de un plan realista ha degenerado en
favoritismo y en un banquillo rebosante. Puede que su objetivo sea otro, pero
él no es más que nuestro reflejo.
Aún sin balón ni entrenador y con el árbitro en contra, nos
la jugamos. Es el momento de la sociedad civil. Cambiar el resultado no es
fácil, pero todos los días hay fútbol.