sábado, 28 de mayo de 2016

NOS QUEDA LA PALABRA
Murcia, un mundo
Lo mejor está en el interior, reza el lema para atraer turistas de Castilla y León. Una tierra que yo llevo en el alma porque allí descansan mis raíces.  No hace falta tomar aviones para conocer los planeamientos urbanísticos de Turquía o la pobreza que está sufriendo Venezuela. Ya saben, cortejos que, presididos por el correspondiente alcalde y promotor, se embarcan en jet privados para aprender, entre otras argucias, cómo los otomanos hacen filigranas para trasformar su subsuelo en aljibes. Una minucia si se compara con la capacidad de nuestro pasaje o paisanaje grana de convertir el subsuelo, el recalificado suelo y lo que haga falta en grandes cisternas por donde navega la corrupción. De igual forma, hay quienes vuelven a rememorar el descubrimiento de América para revelarnos, como si fuéramos inmaduros, que al otro lado del charco una parte de nuestra herencia ha tornado en pobreza. Lástima de gasto indirecto, pues los favores se pagan; y directo, ya que quién sabe si algún billete a Venezuela no se carga a nuestra Asamblea Regional; la misma en el que la mayoría está, con sus enmiendas, poniendo en un brete al presidente. Muy cerca de allí hay barrios de Cartagena, como de Murcia, Molina o cualquier pedanía de Lorca o localidad murciana que son un espejo, a pie de calle, de trazados urbanos similares al turco, sembrados de indigencia como en cualquier país latino o en el propio Estados Unidos. Mientras los focos se ponen a miles de kilómetros con el argumento de una supuesta solidaridad y de, como tiene que ser, preservar la seguridad de los cerca de 200.000 españoles que viven en Venezuela; los revolucionarios Instituto Nacional de Estadística, que depende del Ministerio de Economía del Gobierno de España, o Caritas advierten que sólo en Murcia más de 200.000 personas han caído en la pobreza desde que empezó la crisis. En total, la Región de Murcia atesora actualmente 568.000 personas en el umbral de la pobreza o directamente en la exclusión. Los gélidos datos, flor de un día en la prensa, se pueden consultar en www.ine.es. Lo demás es zumba o zánganos, cuyos esqueletos no se mueven precisamente para conseguir mayor justicia social.

Publicado en La Opinión de Murcia el 28 de mayo en contraportada.

domingo, 22 de mayo de 2016

NOS QUEDA LA PALABRA
Resalada
No hay mayor fe que la de los conversos. No una sino hasta tres desaladoras estaba pensando construir nuestro Gobierno regional. El mismo que atizaba contra el agua desalada como un poseso. Pues eso, agua desmayada la llamaban hasta que un día, abducidos, pasaron a amar el agua salada como si fuera de vichy. Tanto tanto que proyectaron su propia desaladora, y otras dos que afortunadamente no vieron la luz, con agua no desmayada sino doblemente muerta porque se pinchó en lo más contaminado de Escombreras y porque su viabilidad era nula. Aquello no iba a flotar económicamente ni aunque saliera petróleo. El que sí pescó fue el amigo Florentino, que echó un anzuelo sobre los murcianos que está a punto de atragantarnos, de dejarnos sin vida. Porque la desaladora de Murcia, la buena que no las de Narbona, la que nos proporciona el agua que necesitábamos, aunque es incapaz de cumplir cualquier tipo de previsión en el suministro planificado, tuvo un coste de 100 millones de euros, que traducido a murciano se eleva a cerca de 600 millones. Al final no encontraron petróleo sino oro que se extrae de nuestros bolsillos. Nos deja sin blanca cuando, paradójicamente, sirve para engrosar el bolsillo de, entre otros espabilados, Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid. Alégrense, por tanto, si el equipo blanco, que pueden considerar prácticamente suyo, gana la Champions o si a Ronaldo le suben su modesto sueldo, algo superior a la media salarial en la Región de Murcia. Los mejores fichajes de Florentino, sin duda, son Murcia y el Castor, el almacén de gas que también estamos pagando todos, incluidos los murcianos, porque hubo que cerrarlo, tras una indemnización de 1.350 millones de euros, al provocar temblores de tierra. Digo yo, que al menos que tenemos que tragar con la desaladora y con el Castor, que son como la sal sobre nuestro herido presupuesto, que sortee entre nosotros una entradita para la final. Ya la estamos pagando más cara que en la más terrorífica reventa y prometemos no llevar la estelada.
Publicado en La Opinión de Murcia el 22 de mayo.

domingo, 15 de mayo de 2016


NOS QUEDA LA PALABRA
Llamado deseo
Todos los habituales conocían ya que aquel asiento estaba reservado. Un trasnochado leyendo, otro joven atento a los cascos, una mochila que sujetaba a una niña y un maduro canoso de pinta atlética que siempre lo tomaba a la carrera conformaban el pasaje del primer tranvía. Ellos y el joven protagonista, que se había atrevido a romper la rutina una estación más allá, donde subía la bella joven. Del silencio al buenos días y del saludo matutino al siéntate y muy pronto a la caricia. Los otros, muertos vivientes, sólo alcanzaban a lanzar algún bostezo y, eso sí, miradas furtivas y celosas al par de enamorados. Como el revisor cada mañana, los pasajeros pasaban revista y lista. Si alguno faltaba más de una jornada, el verde gusano, sobre la vía y la vida, no parecía el mismo. Ciertamente no esperaba. Sólo abría las puertas tradicionalmente elegidas, por lo que al detectar alguna ausencia la máquina no refulgía. Ya se dan la mano. Ya sonríen. Ya esperan, como agua de mayo, que el reloj marque el paso inexorable del tranvía. Cinco paradas compartidas y quién sabe si una cita vespertina. Hace una semana que la butaca está vacía. Cien días parece que la chica está perdida y hasta mil para su compañero de viaje que, entre la publicidad, mira ansioso por la ventanilla. Hoy la espera. Hoy seguro que sí estamos todos. Hoy sí haremos el mismo viaje, aquí encerrados en nuestra pequeña cápsula, sin precisar una mirada al horizonte. Sólo existía el presente y ya no habrá un mañana. La han despedido, pero lo que realmente la importa es que ya no cogerá más el tranvía pues más que trabajo era esclavitud, como la que padecen la mayor parte de los jóvenes que no están en paro. Su empleo era una mierda, como la vida misma, pero al menos no tenía nada que ver con ninguna ETT que transporta, como mercancía, a los jornaleros por los campos de Cartagena y Lorca. Sin palabras, el día fluía.
Publicado en La Opinión de Murcia el 15 de mayo.

domingo, 8 de mayo de 2016

NOS QUEDA LA PALABRA
Se busca piloto
Se busca chico atrevido, con capacidad para pilotar un proyecto a la deriva y sin freno, que se mantiene con el paracaídas de los billetes de quinientos, que muy pronto desaparecerán. Con el piloto automático quemando euros, a razón de 22.000 cada día, está a punto de llevarse por delante a toda la familia. Ateniéndose a la puya que está ocasionando en las cuentas, deberá hacerse cargo de la más fea, pero con la seguridad de que se le remunerará con creces. Su primer novio, el murciano Sacyr, entró como Pedro por su casa en nuestras vidas, con las puertas abiertas de par en par, alfombra roja y boletín oficial a la carta. El padre de Corvera, cuya vida transita ahora de aeropuerto en aeropuerto, nos prometió que el aguerrido muchacho, generoso siempre a la hora de hacer grandes obras acá y acullá como en el mismo Panamá, no causaría destrozos ni ningún tipo de gasto. Al segundo día, el tal Sacyr comenzó a mostrar sus altos vuelos. Qué si más dinero. Qué si menos Javier, a todas luces un santo, porque a Corvera no quería compartir. Qué si mayor aval. Qué si más plazos, abrazos y mimos antes de penetrar en el espacio. Tanto tanto apretó que nos dejó sin aire y sin agujeros en el cinturón, por lo que tuvimos que pedir socorro a la propia guardia civil. Un idilio que acabó en desamor, con los bolsillos llenos del mequetrefe y vacíos de la tripulación. Ahora nos conformamos con un pretendiente “low cost”, que no nos ponga de los nervios ni los cuernos, que tan apropiadamente representa el caracol que, como único bicho viviente, acompaña a la solitaria Corvera en su dorado retiro. Una vez colocada ya Ciudad Real y hasta con Castellón ondeando al viento, es el momento de incluir en los rotativos chinos el anuncio de contactos pertinente para nuestra malquerida Corvera. Por delante o por detrás, ya nos da igual, qué alguien nos redima de la pesada carga sobre una Región que, a modo de Ícaro, tiene las alas de cera. 

LA OPINION DE MURCIA / Publicado el 8 de mayo

domingo, 1 de mayo de 2016

NOS QUEDA LA PALABRA
Parada de burro
Esto es embarazoso. Una parida más retrasará el alumbramiento del AVE en la Región de Murcia otros nueve meses. Resulta que en las entrañas de Murcia hay alguna tubería que otra que habría que cambiar para construir las vías. Cómo íbamos a pensar que las grandes empresas encargadas de dar a luz el proyecto iban a percibir tal anomalía. A ellas, como a un buen número de contratas de lo público, lo único que les interesa percibir es lo que ustedes imaginan.  Es como si alguien, de mente calenturienta,  presupone que debajo de las alfombras hay algo que esconder. No hace falta tener un master en ingeniería para descubrir que el tema del AVE en Murcia constituye un imbricado caso digno del célebre Poirot en “Asesinato en el Orient Express”. El querido investigador, nacido de la cabeza inteligente y sutil de Agatha Christie, concluiría, como en el célebre libro, que la culpa es de todos. Qué los continuos retrasos que sufre el pajarraco son un síntoma, en primer lugar, del carácter callado y servil de esta tierra. Otros ciudadanos no lo hubieran permitido ni de facto ni de voto. Por tanto, esté donde esté la estación de Murcia, que nos puede transbordar del Orient Express al tren de los Hermanos Marx en el Oeste en una nueva vuelta de tuerca hacia el esperpento, pues se especula con que se ubicará en Beniel o incluso en Orihuela; la parada será de burro al cubo: por nuestra actitud, por la marcha del proyecto y por su incorrecta finalización pues no habrá soterramiento. Si una mísera cañería provoca nueve meses de retraso en la colocación de las vías en superficie; qué tiempo nos llevaría meter al pájaro en el subsuelo. Así que me temo que nuestro consejero Bernabe/ave no podrá cantar tampoco este año el “ande, ande, ande la Marimorena; ave, ave, ave que ya llegas en la noche buena”. Al resto sólo nos queda exclamar “arre, arre, arre que llegamos tarde”… y no me refiero al Gobierno, estimado inspector.
LA OPINION DE MURCIA / 1 de mayo.