Los otros
En la implacable mesa del Consejo de Ministros, brilla en
cada nicho o hueco un mamotreto que ha sepultado a la inerte Constitución: “Dispara,
yo ya estoy muerto”, el nuevo best seller de Julia Navarro. Con ese lema y
entre sombras, los jinetes ministeriales rubrican nuestro apocalipsis. Sí
denotan que, cada vez con más asiduidad, existen zombis que, embutidos en
camisetas de colores, caminan sin rumbos por las desvencijadas calles. Una clara
minoría en relación a los descansan en sus casas a base de fiambre, aunque es
cierto que pareciera que no están muertos bien muertos. Incluso, se ha
descubierto que algunos grupúsculos han formado comités de resistencia, capaces
de ocupar una imprenta clandestina desde donde también emiten sus proclamas. “No
estamos muertos, estamos de parranda”, suena, como sintonía en una radio ilegal
que, para más inri, han decidido llamar Ser. El caso es que ellos hace tiempo
que perdieron la voz, que mantienen impasible el ademán y el cuerpo
endureciéndose, como el mármol, mientras observan el otoñal y lánguido jardín de
La Moncloa. Paralizados, notan como el hálito ciudadano convierte la helada
sala del Consejo en una pirámide funeraria, transformando en arena el agua que
ellos vierten al cuello de la población a través del BOE, su epitafio. “No
estamos muertos, estamos tomando cañas”, resuena la nueva era…sin posibilidad
de resurrección de los que siguen cavando su propia tumba.
EDITADO EN EL PAJARITO
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