viernes, 25 de octubre de 2013

Mamones
Nacemos unidos a las tetas maternas, que nos suministra los mejores chupetones de nuestra existencia. En torno a su aureola, discurre la vida, con la fuerza de la primera leche para afrontar succiones más amargas. Allá por la Edad Media hubo multitud de representaciones de la Virgen amamantando al niño, pero con los siglos el puritanismo ha convertido mostrar el pecho en un acto revolucionario, que utilizan muy bien las mujeres de Femen para amplificar sus denuncias contra la injusticia. Los mismos que se rasgan las vestiduras por tal obscenidad son los que no dudan en reducir al mínimo las revisiones para prevenir el cáncer de mama. Son los primeros en detectar a las activistas, pero no les interesa que las mujeres detecten a tiempo una enfermedad grave, condenándolas a la revisión cada dos años. En beneficio de nuestra salud física y mental, en los últimos quince días coincidieron la expulsión del Congreso de las activistas de Femen por inculcar la moral de esa posada; el Día contra el Cáncer de Mama y la Jornada de Reivindicación de la Lactancia Materna, que más de un miembro del Gobierno parece que se perdió. Si no fuera por la cumbre hispanoamericana en el Canalillo de Panamá, diríamos, mamma mía, que las tetas han eclipsado la actualidad política y económica. Que una gran teta ideada por Fellini se ha posado sobre nosotros. Mejor nos iría.

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