sábado, 19 de diciembre de 2015

Primavera

Hace tiempo que cayeron las últimas lluvias, que la arena mojada se pegó a las plantas de sus pisadas. El olor a malvasía, que desprendían las gotas sobre las vides, se mezclaba aquel día con la fragancia de los frutales y los limoneros, alterando su olfato y su memoria hacia el paraíso de una niñez perdida. Alzó su cabeza al límpido cielo y respiró antes de sentir en su piel que se acercaba un nuevo tiempo. Hoy, los benignos días anuncian la llegada de la primavera, secuestrada en los infiernos durante los últimos cuatro años por los dioses contemporáneos, aferrados a la oscuridad y al dinero. En sus últimos aldabonazos, los mitos caídos intentaron acabar con la educación, la filosofía y hasta con Helios y Gea, el sol y la tierra. Tembló Grecia y se heló Hispania bajo el gobierno de los bárbaros.  El combatiente Mediterráneo unió entonces sus corrientes. Impasible, las olas arremeten ahora contra la costa y resisten el embate de unos tiempos de miles de ahogados y muertos. Ya asoman por la península hispánica, a la altura de Murcia, unos nuevos aires, más cálidos y frescos. Renace la esperanza y las flores se abren en pleno diciembre. Ciudades y olvidados pueblos se preparan para el renacimiento propio de la Navidad, del solsticio de invierno, donde la noche comenzará a disminuir para dar espacio al día. Luz y taquígrafos sin miedo a un invierno que la mano del hombre, por negligencia; y el pueblo, por valentía, ha convertido en primavera. Arde Murcia y España como si fuera el Trópico, con una línea que recorre todo nuestro esqueleto y geografía. Ya se oyen las voces de los que han permanecido mudos. Ya se alzan los desheredados. Es posible que al final nos hagan la Pascua, pero nadie nos quitará el sueño de, al menos por unas horas, soñar con Utopía.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Intocables

En los debates electorales aparte de partidos invisibles y presidentes indolentes también existen bloques temáticos intangibles. Ni hablar de pobreza ni de cultura. Son intocables. Está claro que ni los pobres, que no tienen que pagar a Hacienda; ni los artistas, ahorcados por el IVA, van a comprar la moto de la reducción del IRPF, que es el mantra de aquellos partidos que siempre se dirigen al bolsillo. El producto en oferta de esta campaña es el IRPF, ligado a la renta; el IVA, el que paga todo hijo de vecino con independencia de su nivel económico, seguirá gravado. Se ofrecen rebajas en el pago de la declaración a los que la pagan, a los que tienen la suerte y el deber ciudadano de contribuir; mientras a los excluidos  se les hurta, incluso, esa zanahoria electoral. Antes al contrario, serán los que menos pueden, los 450.000 murcianos en riesgo de pobreza, incluidos los culturetas, los que sufran más las exenciones fiscales o, lo que es lo mismo, la renuncia de la política redistributiva del Estado a través de los impuestos. A menores impuestos, más recortes en el estado de bienestar y, por tanto, mayor desigualdad.  Aunque algunos son capaces de dar un cuádruple salto mortal: más impuestos, más recortes, más déficit y menos servicios y bienestar. No me digan cómo lo hacen, pero ahí están los números. De cualquier forma, es normal que los políticos no citen a los desheredados ni a los actores porque los primeros no pueden pagar la luz con la que encender el plasma, para contemplar sus esbeltas figuras, y a los segundos los jodidos debates les resta público a sus salas de cine o representación teatral. El común de los mortales podemos, mientras tanto, aportar nuestro granito de arena para dar visibilidad a los excluidos y, de paso, lavar nuestras conciencias asistiendo a los múltiples espectáculos solidarios que se celebran estas fechas navideñas, cuyas entradas se destinan a comprar alimentos para los más necesitados. El espíritu navideño une la pobreza y la cultura, el hambre con las ganas de comer. Ahí, sobre las tablas comprobaremos la cruda realidad que esconde la cegadora tarima electoral.  

domingo, 6 de diciembre de 2015

Menú de campaña
Buena dieta la que nos propone la cocina del CIS. Su última encuesta da la nota y no denota el balance de una legislatura permanentemente en cuesta. Frente a tantas barras de colores, quesitos, sopas de letras y potajes de cifras, confeccionando una carta indigesta a cuyo frente se mantendría el soso master chef de las habas contadas y de los platos y vasos cantados; quizá sería bueno repasar las recetas de la abuela Constitución. Aprovechando este excepcional puente, mejor que los de Calatrava y que aquel que nos cobijará a todos a no mucho tardar, igual es posible desempolvar la Carta Magna para hacer un balance real de nuestro equipo de cocina. Si como primer plato le sirven las libertades, no se olviden de la mordaza y otras lindezas imposibles de maridar. Si en el segundo pretendemos paladear el estado de bienestar cuidado con la dentadura a la hora de masticar la LOMCE, que no hay humano que la trague; el copago y privatización de la sanidad, de efectos secundarios previsibles; o la minúscula ración a la que ha quedado reducida la atención a las personas dependientes o que más necesitan alimentarse. Y de postre, siéntese derecho para soportar también los golpes al gusto y a la inteligencia que suponen el deterioro del empleo, la legislación laboral o el etéreo derecho a la vivienda. Si lo que le va es la marcha, mientras espera la cuenta, evalúe también la gestión de la unidad territorial o el necesario decoro y limpieza de nuestros cocineros. Ya sólo queda pagar, como lo hemos hecho con el IVA y el resto de los impuestos sin que ello signifique más servicios o menor déficit. Mirando “la dolorosa” piense también, por último, si Murcia ha recibido el apoyo y dinero suficiente para elaborar su propio menú del día o si, por el contrario, nos han lanzado un chusco con la retahíla de que es peor el hambre. ¿Oído cocina?

sábado, 28 de noviembre de 2015

Ambientazo

Mientras todo bicho viviente nos lanzamos a las redes y a las grandes catedrales del consumo para vivir el “black friday”, que no sé cómo hemos podido aguantar sin él, cuatro gatos se enclaustran en la Universidad de Murcia para celebrar las I Jornadas sobre el Cambio Climático, que culminarán mañana domingo con una marcha a la que, supuestamente, asistirán acompañados de otros cuatro gatos más. Esta camada, siempre a la contra, no quiere que haya más viernes negros, ni martes ni miércoles... El lunes nadie puede evitar que tenga una oscura tonalidad. Se enfrentan con uñas y dientes al triste adiós de nuestro mundo y ya quisieran para sí la movilización que consigue cualquier llamada al consumismo. Un SOS para salvar al planeta que es imperceptible en los países y regiones en vías de desarrollo, donde el medio ambiente se toma como enemigo del crecimiento. Da pavor oír como los principales dirigentes políticos y económicos de estos lares claman por la construcción de la costa que aún continua virgen; la realización de mastodónticos proyectos que transformarían el paisaje de tal forma que no lo reconocería ni la madre que lo parió y, en definitiva, reivindican resquicios para saltarse la normativa europea y al tal señor ozono. Qué contraste con el espíritu de personajes e instituciones tan revolucionarias como el propio Papa, con su célebre encíclica que alerta sobre el cambio climático, o de la común Bruselas, tal y como plasma en los fondos europeos Feder que dedicará a estas tierras para el período 2014-2020. Una Europa que, en consonancia con el peligro de desertificación, baja cualificación e innovación de la Región de Murcia, dedicará un 40% del dinero al cuidado medio ambiental; un 30% a la investigación y la tecnología; un 20% a mejorar la competitividad de las pymes; y un 10% a educación, destinando también cuatro millones a luchar contra la exclusión social y la pobreza. Esperemos que los fines y los cuartos no se vean alterados con recortes autonómicos o nacionales, que nuestros gobiernos son muy dados al “black friday” o, lo que es lo mismo, rebajarnos las expectativas. 

LA OPINION DE MURCIA / Nos queda la palabra

sábado, 21 de noviembre de 2015

Bomba

Se sumerge la filosofía y emergen los bombardeos, emblema de la  sinrazón. La cuna del pensamiento se torna en tumba de las ideologías, unidos todos por la violencia como única respuesta a los que siembran la muerte.  Se silencia el diálogo para que silben las balas. Ya ni siquiera nos queda París, cuya libertad es guillotinada en aras de la seguridad. La música y la poesía hoy son un himno que se funde con el ensordecedor ruido de la metralla. Y el coro alegre, aquel que permanece siempre dormido ante las injusticias que nos circundan, aprovecha para cacarear con fuerza contra los inmigrantes, los refugiados y todo lo que huela a diferente o multicultural. Es el tiempo de la barbarie, que es lo que tan denodadamente buscan los inhumanos terroristas. Pronto llegará el momento en que habrá que presentar el NIF para tomarse un té, máxime si expide vahos morunos. Aspavientos contra nuestros vecinos que tienen tiznada la piel, curtida en el paso del Estrecho y en los anchos invernaderos. Con el alma en un puño en un país extranjero, sospechoso por haber nacido y huido de las bombas o del hambre.   Sombras ocultas de un pasado y una sangre que corre por las venas de Murcia desde su nacimiento;  pues, para quien lo haya olvidado, fue Abderamán II el que fundó Mursiya, convirtiéndonos en la capital de Tudmir y facilitándonos nuestra principal seña de identidad, la huerta.  Tal fue la vitalidad de aquellos tiempos, en los que Murcia era uno de los centros de Al Andalus, que sus vestigios, alrededor del Palacio de San Esteban, logran frenar la especulación. Frente a los que planificaron un gran aparcamiento en estos tiempos de recuperar la ciudad para las bicis y el peatón; la tierra, nuestras raíces, nos regala el sueño de convertir las ruinas árabes en un renacimiento de la actividad cultural y turística. Un pequeño refugio desde donde exclamar qué aquel que no sienta la mezcla -la rica miscelánea de las huellas del tiempo y de los pueblos  sobre nuestras venas- que tire la primera piedra.

LA OPINION DE MURCIA / Nos queda la palabra. En contraportada de La Opinión de Murcia el 21 de noviembre.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Banderillas

A los murcianos no nos hace falta independizarnos. Ya estamos aislados de la metrópoli, tal y como comprueban los osados turistas que, a modo de Calleja, recalan en estas tierras tras múltiples y aventureros transbordos en avión, tren o autovías con destino a Andalucía o al Levante. Cuando ya paladean su conquista en estos parajes, te preguntan cómo es posible tanto retraso y nosotros, como un gilipollas madre, hacemos gala de nuestro españolismo. Nacionalismo hay de muchas clases, pero su objetivo parece ser idéntico más que identatario. El catalán es aventado por un Gobierno y un partido corrupto que ha arramblado con todos los derechos a base de recortes. El español es abanderado por un Gobierno y un partido corrupto que…. Cambian las banderas, unas tiene más listas que otras, pero no los listos que las colocan para, como si fuéramos becerros, provocar el engaño. Yo soy español, español y muy español, pero que me devuelvan lo que se han llevado, incluida la sanidad, educación y atención a las personas dependientes o que más lo necesitan. Qué encarcelen aquellos tan patriotas que se han hecho ricos con el erario público y han depositado su españolidad en Suiza. Qué desenmascaren también a aquellos que lucen la rojigualda en su rolex como si fuera la propia de su rol, pero tributan en Luxemburgo. Y que, por otra parte, en vez de declaraciones grandilocuentes, los gobiernos procuren que todos los españoles tengamos los mismos servicios y derechos en todo el territorio, sin comunidades de primera ni de segunda. Menos enseñas y más enseñar cifras en un presupuesto justo y efectivamente ejecutado, que ni la desigual posición de partida ni el déficit ni la mala gestión lo convierta en papel mojado. Luego, hacemos los desfiles que quieran, incluso juramos solemnemente la bandera y, si es preciso, compartimos una tarde gloriosa de tortilla y toros; pero, mientras no ocurran los milagros descritos, que no nos la metan por ningún ojo.
LA OPINION DE MURCIA en contraportada / Nos queda la palabra. 14 de noviembre 2015

domingo, 8 de noviembre de 2015

Todos calvos
No sé si en 2050 nos podremos tomar las uvas en la Puerta del Sol después de, por enésima vez, intentar retomar el AVE. Desconozco si habrá agua para lavar el racimo o, incluso, si la vid se desprenderá, como aseguran que pasará con los limones, de la triada mediterránea. Si nos atenemos a las señales que nos depara el espacio es significativa la basura espacial que ha caído en Calasparra, quizá imantada por la mierda del vertedero que horada Abanilla gracias a los privilegios y la desidia del Gobierno regional en solucionar el tema, que lleva coleando ocho años tras la denuncia expresa de la Comisión Europea. Un hedor, una vergüenza, una corrupción y un atentado contra el medio ambiente que se produce en la zona más árida de nuestra geografía. Ahí no van a quedar ni las ratas ni los cactus ni, efectivamente, los limoneros o cualquier bicho viviente. A todo aquel que se pregunte aún si existe o no cambio climático que se acerque por esos parajes, fotografía trágica de los años venideros. “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos”, se titula, de forma premonitoria, un libro del bueno de Ferlosio, que no incluía en sus célebres pecios el aumento del CO2 o la tragedia de los refugiados en el Mediterráneo, cuyas muertes contribuirán a elevar su nivel o, en lenguaje de Abanilla, su colmatación. Lo que no cambiará o mantendremos por largas fechas en nuestro calendario es el paro, tal y como prevé Bruselas para 2016. Ni el verano levanta unas cifras mareantes, que en Murcia aún se tornan más delirantes como consecuencia de un tejido productivo y de una reforma laboral que expulsa a miles de demandantes a la precariedad, al desánimo  o al extranjero. A Alemania ha ido la carcasa del cohete encontrado por los dos pastores calasparreños. Allí igual algún investigador murciano, que forma parte de la obligada diáspora, podrá analizarlo y, entre sus restos, inspirar la fragancia de esta tierra enamorada.
LA OPINION DE MURCIA / Nos queda la palabra. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

No estamos muertos

Miedo miedo es vivir en las alcantarillas y soportar como entre sus mugrientas paredes algunos se empeñan en alardear de aire puro, intentándonos dibujar un paraíso cuando lo que anhelan es la paz de los cementerios. Aterrador es tener que acudir al diccionario o al fiscal jefe para que nos aclare qué es corrupción, una palabra que no admite trucos ni tratos. O blanco o negro y si se es un dirigente político, sea del color que sea, más vale que el blanco sea impoluto, como la cal que evita la peste. Más importante que el techo de gasto o cualquier presupuesto son los cimientos. De qué nos sirve aprobar las cuentas si no nos trae cuenta. Lo primero es lo primero y -lástima que haya que aclararlo- no es el dinero ni el poder. Grima da cómo, en virtud de su afiliación, se disfrazan los mensajes hasta la hilaridad, corroyéndose por dentro para acallar lo que dan ganas de gritar. Nos prometieron la resurrección del servicio público, frente a tantos años de apocalipsis provocados por el egoísmo privado, e intentan que traguemos con la misma ración y hedor. Paladeábamos ya en nuestra imaginación colectiva los huesos de santo, la delicia de pensar que nuestros gobernantes mirarían únicamente por la regeneración y el interés general, y nos han vuelto a dar calabazas. Córtese el cuello al que mata la mano o el pie para pastelear y  dejen de pedir al común de los mortales que esconda la cabeza del que aún no la haya perdido por situarse en el lado oscuro de la crítica. Qué no nos den gato por liebre, festividad de Las Ánimas por Halloween, aunque ciertamente en algunas profesiones escasean los santos. El cielo nos lo ganamos nosotros; aguantando estoicamente que, día sí y noche también, nos tomen por tontos o difuntos cuando, ciertamente, no estamos muertos, que estamos dando caña.

lunes, 26 de octubre de 2015

Americanos…

Estoy happy.  Nunca pensé que ni los americanos ni nuestro Gobierno supieran donde estaba Murcia y fíjate tú qué regocijo que han pensado en nosotros para que el material radioactivo de Palomares se pasee por media Región para embarcar en Cartagena. Nuestra bella ciudad departamental lucirá aún más, como nunca. Cincuenta años criando malvas en el municipio almeriense y ahora se van a airear en lo que será su último viaje al país de los sueños, pues ya no son sólo los mexicanos los que ansían cruzar la frontera sino que no hay ser viviente que no quiera torcer el pescuezo para observar lo único que se puede ver allá, sus rascacielos. Tal y como está la cosa, con murcianos huyendo a todos los lares para huir del paro, igual hay quien se cuela de polizón, imitando a los inmigrantes que se encaraman a las lonas de los camiones que atraviesan el Canal de la Mancha; o, mejor aún, aprovechamos la nocturnidad para cargar nuestro tesoro enterrado en Portmán. Dado el cerebro y la infalibilidad de estos amigos yanquis, hace poco demostrada en el bombardeo de un hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán, no se descartan accidentes o derrames nucleares a modo de hermoso daño colateral. Para más inri, los únicos que iban a utilizar la deficitaria autopista Cartagena-Vera resulta que, para ahorrarse el peaje, han proyectado una nueva vía. No han hecho falta estudios de impacto medio ambiental, al fin y al cabo sólo son neutrones, ni indemnizaciones ni el clásico rodeo por Alicante. En este feliz acontecimiento, la carretera que se construirá al efecto seguro que recogerá el afecto de los pueblos atravesados. Sin necesidad de que nadie nos dé una explicación -pues ni el presidente de la Comunidad ni los ayuntamientos han recibido noticias de los planes norteamericanos pactados con los planos gobernantes de Madrid- ya les esperamos con los brazos abiertos y dispuestos a enfundarnos los trajes de lunares y sombreros sevillanos para acompañar los destellos nucleares. Ellos ponen las estrellas y nosotros los estrellados. Nos lo pasaremos bomba.

 LA OPINION DE MURCIA. Nos queda la palabra. 24/10/2015 en la Contraportada

domingo, 18 de octubre de 2015

Gordo para todos
Al mismo tiempo que el turrón, los polvorones y especialmente el cava comienzan a asomar por las bancadas de las hipercatedrales, otras poltronas también populares se convulsionan ante San Martín. Este año, el anuncio de la Lotería de Navidad tendrá que ser especialmente ingenioso para animar las ventas del “gordo” pues, según se barrunta, nos va a caer a todos dos días antes del sorteo. Compres o no compres el décimo es muy posible que nos caiga el primero. Bien es verdad que podrían contratar al mismo humorista que nos ha hecho soltar lágrimas de risa y de las otras para contarnos, de cuento, la milagrosa recuperación de España tras cuatro años de amputaciones. Damos por hecho que la paciente no tuvo guardar las colas de espera del tipo de la Región de Murcia. De igual forma, aceptamos que la enferma vive en una ciudad, que no en cualquier pueblo de Castilla La Mancha desprovisto de consultorio, y va a encontrar un hospital abierto de forma permanente e, incluso, vamos a pensar que es de carácter público, aunque ya es de sobra conocido que el equipo médico actual es más partidario de la sanidad privada. Confiemos, asimismo, en no encontrarnos con algunos alumnos de Medicina de prácticas de la universidad que yo me sé. Ya reposando en la camilla y rodeada de los enfermeros y médicos que se han librado de los miles de despidos en el sistema público, compartiendo una habitación para tres donde el que dirige las operaciones es el gerente; se le aplica una dieta de caballo que no se salta el más pinturero. Ahí va la dosis: un cuarto menos de salario; mayor inestabilidad en el trabajo y picos récord de desempleo; desmantelamiento del Estado del bienestar, con reducciones presupuestarias en sanidad, educación y atención a la dependencia; disminución de libertades y mayores inyecciones aún de corrupción. Lo raro es estar vivo, llegar a ese 20 de diciembre a la urna para adelantar las dichosas y felices fiestas y, ante todo, la Nochebuena.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Se busca

Ni la celebración en Murcia durante toda una semana de la festividad de la Policía Nacional ha impedido que nos roben el trasvase. Rodeados de uniformes, afortunadamente no grises, helicópteros, motocicletas, camionetas y demás parque móvil, incluyendo el ministro más cercano a los ángeles custodios, nos han  tenido con un corazón en el puño ante tanto simulacro cuando, por la espalda y sin avisar, nos han hecho un tajo real en el inicio del año hidrológico. Confiar en que llueva, levitando entre las nubes a la espera de que el tiempo solucione los problemas, cual Cataluña, desemboca en un inútil trasvase de riqueza.  Nos iban a traer el Ebro y a punto estamos de perder el Tajo. Bien es cierto que algunos, como el Ayuntamiento de Murcia o la Comunidad Autónoma, no tienen problemas con el suministro hídrico para levantar cientos de viviendas en plena huerta. Por mucho que la Confederación Hidrográfica les indicó, en un informe de obligada orden, que la urbanización Joven Futura no tenía garantizada el agua, allá plantaron ladrillos, destrozando miles de metros cuadrados protegidos, no recalificables, de huerta.  Los mismos que recriminan que las jóvenes no respeten el vestido tradicional de la huerta son los que no sólo la enladrillan sino que se jactan de la obra, del cuerpo del delito. Una huerta de donde salieron los manjares que se ofrecieron al joven Rey, que algunos consideran de futuro, en nuestra Universidad, la de todos. Dudo que estemos saliendo de la crisis económica, pero la noble visita nos sirvió para afrontar el abandono o la crisis de Económicas, en cuyo repintado y cuidado salón de actos se celebró la apertura del curso universitario. Se arreglaron puertas, se regaron jardines, se limpiaron cristales y se enceraron pasillos en medio de un mar de banderas que, imagino, han agotado el presupuesto del rector Orihuela por muchos años. Yo prefiero los mares de letras, pero puestos a ahogarse en seco que, al menos, sobresalga el mástil de nuestra Universidad.

jueves, 1 de octubre de 2015

Murcia es Murcia
Un plato es un plato, un vaso es un vaso y un tren soterrado es un tren soterrado, que no asome junto a tu culo a la mínima que te agaches. Qué va a ser lo próximo… ¿Un aeropuerto sin aviones erigido por la iniciativa privada que, como no levanta el vuelo, tenemos que sostenerlo presupuestariamente entre todos, a razón de 20.000 euros  del ala diarios? ¿O una sosa desaladora de la que no sacamos ni una desoladora gota, salvo el sudor que nos cuesta devolver a la concesionaria los 600 millones de euros de su construcción y funcionamiento? ¿O un trasvase al que se levanta un muro de 400 hectómetros cúbicos para que no rebase y pueda cumplir su función? ¿O un Real Murcia en campos de tercera, con su presidente en el banquillo tras únicamente ganar en el terreno de las recalificaciones? ¿O una reforma laboral que, como tan bien sabemos en Murcia, ha acabado con el trabajo  y la forma de subsistencia leal de los ciudadanos, colocándoles en el disparadero del paro a las primeras de cambio cuando lo que prometió fue que flexibilizar el despido proporcionaba más empleo? ¿O un Consejo Social de la Universidad de Murcia cuyo presidente vota a favor de una universidad privada? No hombre no. Un poco de sentido común. No puede estar ocurriendo y encima te llevas la bronca por, supuestamente, haber permitido tal estado de cosas. No se amargue, el culpable siempre es otro. En este caso, debe ser el chachachá, pues los buenos ciudadanos siguen mostrando en las urnas su conformidad con el esperpento.  Una deformidad que nos devuelve el espejo para convertir la situación en surrealista, que no tiene una explicación lógica. Es más, tan surrealista que no admite miradas diferentes, pues claramente aquí el que se mueve no sólo no sale en la foto sino que corre el peligro de ser expulsado del paraíso terrenal. Aquel en el que Eva nos condenó a no entender nada.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Explosivo

No conviene abrir el periódico en tus días libres, con indiferencia de tu destino. Lo ideal es desconectar, no caer en la tentación que, para cualquier periodista, supone ojear el diario que se hace un hueco entre las papas arrugas de un bar perdido de un humilde pueblo de casas blancas, que desafían la negra tierra volcánica. Mirar para otro lado para no ver que, de nuevo, la  Región de Murcia emerge como una de las más pobres de España. Lorca, Murcia, Cartagena y Molina de Segura lideran el penoso ranking de las ciudades y capitales con más de 50.000 habitantes donde reina la pobreza, según reza el tenebroso titular que se hace eco de un estudio de la consultora Ais Group. Si en Lanzarote extraen la riqueza de debajo de las piedras, consolidando su presente y futuro alrededor de la destrucción ocasionada por las erupciones volcánicas; Murcia dilapida su evidente riqueza en las manos de unos pocos. Aislados, perdidos de la mano de Dios, que no de la del recordado César Manrique; uno pisa inestable sus grandes piedras y se pregunta cómo demonios sobreviven esos canarios, enjaulados en unos pocos kilómetros cuadrados, la mayor parte de ellos inhabitables e inservibles como consecuencia del Timanfaya y sus 300 volcanes amigos. Piensa que te piensa…multiplicamos por trece su territorio y por diez su población. Tenemos una tierra que es la envidia en productividad agraria y una industria ligada a ella que es también líder a nivel nacional, sin olvidar el tirón de la actividad turística y una posición geográfica que facilita el crecimiento. Compartimos la corrupción y el paro, que son fenómenos de la naturaleza “typical spanisch”. Nos dan, eso sí, una paliza en turistas, pues multiplican por cinco nuestro millón de visitantes al año; pero el dato, con ser notorio de la apuesta real por la naturaleza como un valor seguro, no es suficiente para explicar que los murcianos tengan que recoger las migajas de gofio que se les cae al suelo.  Otra historia es que, tal y como iluminan las estadísticas, la desigualdad convierta nuestra riqueza en un páramo, que ese inmenso cráter de fuego y ruina desangre a cientos de familias murcianas, a los que sólo les queda la posibilidad de comprometerse para renacer de sus cenizas.

NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 19 de septiembre.
Hagan sitio
 
Llevamos mucho tiempo ganado para acoger a los refugiados. Tenemos gran experiencia en barracones públicos que hacen las veces de colegios. Cerca de 10 años llevan los más pequeños de Guadalupe en aulas prefabricadas, sostenidas por cuatro ladrillos en cada esquina, con sus correspondientes  goteras, sin baños y cerca de la caldera como mejor sinfonía. Ni siquiera tienen pizarras para apuntar sus deseos, aunque siempre habrá un hueco para clavar otra cruz sobre sus cabezas. De momento no está previsto que ni el presidente de la Comunidad de Murcia ni el consejero de Educación de turno inauguren algún año el curso escolar en uno de estos cubículos como signo de renovación. Antes al contrario, los nuevos tiempos, encarnados por los que mejor representan el antiguo régimen, son los que nacen tras el acoso y derribo de la educación pública. Se mantiene a cientos de niños murcianos en contenedores prefabricados  mientras se aprueban conciertos con los colegios religiosos privados, que no les importa que su elitista dinero se mezcle con el que procede del común de los mortales. Euros de nuestros impuestos que se destinan a enriquecer capitales privados y generar vocaciones. En estos cobertizos, los nuevos vecinos sirios se encontrarán como en casa, en plena trinchera repleta de alambres de espinos para continuar su educación. Ríete tú de Finlandia si nuestros gobernantes dedicaran tantos esfuerzos a impulsar la educación de calidad como a apartar a la inmensa mayoría de los estudios superiores a través de la formación profesional u otras vías aún más inferiores. Hacinados, con ratios que simulan a los de las pateras, con la obligación de pasar por caja para financiar los libros, sin comedores que llevarse a la boca y con un profesorado que nada contracorriente en el proceloso mar de la educación, los niños intentan flotar entre, cada vez más, un montón de números y apenas letras. Están recogidos, más que cuidados y acogidos, prestos a hacer un sitio a sus hermanos del otro lado.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia del 12 de septiembre

sábado, 5 de septiembre de 2015

De vuelta

El regreso de las vacaciones es una de las etapas más arduas de superar, sobre todo si no se tiene la oportunidad de tomar la salida por encontrarse en dique seco o en un camino repleto de púas. Ahí están, como una barrera infranqueable, los datos del paro de agosto, que enfrían el rostro y las entrañas al agrupar a 130.533 murcianos a la cola del pelotón, empinando hasta el infinito las posibilidades de la Región. Cuando parecíamos pedalear con la cabeza alta, enfundados en palabras y promesas, nos sacude una y otra vez una caída como las moscas y los profesionales de la serpiente multicolor de la Vuelta a España que recorrió las calles murcianas en estos días de reencuentro…con el asfalto. Una cita ineludible y no como las que han saltado por los aires como consecuencia del pirateo informático de Asdhely Madison, que ha dejado con el culo al aire a más de 20.000 murcianos, amantes de las curvas y de otros relieves terrenales. El aire fresco que buscaban se ha tornado en un “zasca” en toda la boca, pregonados a los cuatro vientos en un giro inesperado a la confidencialidad. Otras fotos no menos emocionantes se producen en los tour de los presidentes regionales hacia su meta, la Moncloa, donde el director de la vuelta, que es un decir porque su principal característica es el inmovilismo, ha recibido a nuestro jefe de filas. Plasmados en una instantánea, bajo la arcada del palacio, lucen su mejor sonrisa a falta de un maillot que dé muestras de los ajustes propios de nuestra época. El agua sigue siendo el peor trago para atravesar la sinuosa carrera de Murcia hacia el futuro, donde se suceden otros puertos de primera como la financiación autonómica, el AVE soterrado o la viabilidad del aeropuerto. Como categoría especial, a pulmón, aparece el mantenimiento del estado de bienestar, con abultados desniveles en sanidad, educación y atención a las personas dependientes. Permanezcan atentos a la pantalla, pero ganas dan de bajarse de la bici o sumarse a los dopados, aquellos que reniegan del compromiso. Apretemos los dientes, tiremos el pinganillo para no recibir instrucciones ni cantos de sirena y, al menos, disfrutemos del paisaje y del paisanaje.
EN LA CONTRAPORTADA DE LA OPINION el sábado 5 de septiembre de 2015

domingo, 2 de agosto de 2015

Desierto

Hace tiempo o quizá desde siempre, los emisarios, comisarios y mandatarios murcianos que se acercan a la capital del reino entonan, con mayor o menor énfasis en virtud de su vocación pública o privada, una voz que clama en el desierto. Ni siquiera en época electoral -con todas las posibilidades de que los actuales inquilinos de la Moncloa no repitan o simplemente incumplan sus promesas- Murcia es capaz de arrancar algún tipo de compromiso escrito entre tanta cartera ministerial. A Murcia ni agua. Porque esa es otra. Nuestro proyecto vital se resume en, lisa y llanamente, parar el desierto.  Como muy bien dicen mis amigos de COAG el mayor reto de nuestra Región es frenar la desertización, que ya padece una gran parte del territorio. No he visto que en el nuevo Gobierno exista ninguna consejería de Desierto y no me refiero a que Hacienda tomara ese nombre dado el páramo de las cuentas regionales como consecuencia de aventuras como el aeropuerto y la desaladora, dos pirámides faraónicas de efectos catatónicos. Unas desventuras que, como la arena, se nos escurren de las manos y provocan el cierre de consultorios, habitaciones amén de calores anestesiantes en hospitales como el Morales Meseguer. Como todo tiene su cara y su cruz, lo bueno es que en Murcia está prohibido ponerse enfermo en verano, pues la erosión de los recortes se disimula con el “cerrado por vacaciones”. Y se acerca el “colgado por defunción” si nadie alerta a Europa,  ahora convertida en enterradora de los países pobres, sobre la degradación medio ambiental del sureste. Como está ocurriendo durante esta crisis eterna, tendrán que ser los agricultores, el sector agroalimentario, ese oasis de nuestra economía, los que protagonicen el combate contra la desertización. Para ello necesitan armas y un Gobierno que atienda sus llamadas de socorro, que no deserten de sus funciones. La despoblación y la desertización avanzan. Disfruten los días de verano, pónganse crema para no tostarse al sol, remójense en las cálidas aguas, respiren hondo con los soplos de brisa, compartan la cerveza y una conversación tranquila y enciérrense en las páginas de un buen libro. Y, ante todo, no atiendan el teléfono, pues puede ser la llamada del desierto.

NOS QUEDA LA PALABRA. LA OPINION DE MURCIA

martes, 21 de julio de 2015

¿Existe Murcia?

Una vez avistado Plutón, sólo falta que los investigadores, la NASA, algún dron perdido o, incluso, un ser del espacio exterior descubra Murcia.  No hay forma de que los respectivos y atractivos hombres y mujeres del tiempo nombren en sus lindas bocas el nombre de Murcia. Como bailarines con azogue por los azotes de la carolina nos tapan del mapa mientras se marcan y pasan de la jota valenciana al flamenco andaluz. Y cuando asomamos no es en ese espacio más visto aún en verano sino en la negra página de sucesos. Hay que ver el dinero que se gastan en llamadas nuestros familiares cuando salta la alerta en algún telediario: asesinatos, accidentes, terremotos y demás noticias dignas del ya desaparecido “El caso”. ¿Estás bien?, me preguntaba mi madre antes de venir la primera vez a estas tierras para ver si existía realmente Murcia. ¿Pero cómo se han venido ustedes tan lejos?, le espetó a mi primer redactor jefe. Hasta a la 1 y, por supuesto, el resto de medios nacionales, se olvidó citar a Murcia como una de las siete capitales de provincia donde se mantenía la alcaldía del PP, aunque igual todos lo daban ya por hecho. Hay murcianos que dudan de si Alicante está más cerca o no de Madrid en automóvil. En AVE y avión la respuesta es sencilla. Igual de simple que concluir cuál es la calidad de las playas de las comunidades vecinas y las de la Región de Murcia aun cuando ningún territorio de España tiene enclaves naturales tan bellos y únicos como La Manga y el Mar Menor. A la sombra de las grandes agencias de viaje, al frío de la escasez presupuestaria y a la oscuridad de las insulsas campañas promocionales, Murcia tiene en el turismo el gran tesoro sumergido. Luego basta con poner un cero más y aprovechar el fuego que sufrimos para retorcer las estadísticas y anunciar, como cada año, récord de visitantes. Más o menos como en este mes Plutón.

sábado, 11 de julio de 2015



Sin boinas

Ríase de los paletos. Los programas de cotilleo, las películas de tópicos y los concursos con animales rompen los registros de audiencia en plena despoblación del medio rural.  El desprecio a lo pueblerino -que define el diccionario tanto como perteneciente a un pueblo pequeño como persona de poca cultura- nos lleva a los urbanos a sentirnos superiores. Un sentimiento que crece desde que en la Edad Media los más osados abandonaron el campo empujados por las máquinas agrarias y por sus homólogas industriales que acogían las nuevas ciudades. “Ocho apellidos vascos” o similares series enológicas sucedáneas reducen la rica diversidad a la risa floja o a la carcajada contra lo diferente. Prepárense a retorcerse sin racanería del seny catalán en una nueva secuela pues seguro que en la taquilla cuela.
Tanto recochineo como el que genera un oso tocando la flauta o la mierda sobre la que intentan salvarnos los programas de cotilleo. El circo siempre ha tenido su público, pero el de peor calaña, que ridiculiza a las personas y a los animales, siempre se había achacado a las aldeas más retrasadas. En las ciudades no se cotillea ni se aplaude la cabra malabarista. Nosotros somos más finos, pero el share nos descubre los peores instintos. No es el campo ni la naturaleza lo que nos embrutece, como diría Rousseau, sino el empeño en reducirlo todo al tamaño de la telebasura o al comentario fácil, sin más ideas ni sustancia. Desde la casa de adobe de Siete Iglesias de Trabancos, un pequeño pueblo de Valladolid donde llegaba La Opinión para disfrute de mis padres y abuelos, donde sobreviven mis mejores recuerdos miro al cielo y pienso en los buenos momentos compartidos, seguro de que la tontería es lo primero que emigró.
LA OPINIÓN DE MURCIA / NOS QUEDA LA PALABRA 11/01/2015

miércoles, 8 de julio de 2015

Son gigantes

Bienvenido a mi mundo amigo Sánchez. Me alegro que la lectura de los programas electorales y de las encíclicas papales, más el trastabillo que recibiste en la última lid en el campo de batalla de los municipios y de tu autonomía, te hayan sido tan provechosos como a mí el disfrute de los libros de caballerías. Has tenido que caerte del burro, empujado por los queOS  creías enemigos, para armarte de valor y compartir ahora el reto de vencer a la cruda realidad para dar a luz a los mejores ideales. Mira ahora conmigo la inmensidad de esos gigantes, embrutecidos por el desprecio de los que son tus correligionarios. El que se llama pobreza apenas tiene dientes, pero refleja nuestro peor rostro y triste figura; observa el que se denomina desigualdad, cuyos efectos amenazan todo nuestro Estado de Bienestar; y no te digo yo el que, al grito de corrupción, se revuelve con furia para acabar con los cimientos de la democracia. Enfúndate de este yelmo y toma prestada mi espada mientras yo mantengo en alza la lanza. No tenemos más armas ni adargas, pues las alforjas no sólo están vacías sino roídas por las deudas. Soy consciente de lo difícil que es para un diestro empuñar la izquierda, difícil y peligroso a ojos de la religión, pero  merece la pena el esfuerzo si te espera el reconocimiento y el amor de nuestras dulcineas. Desecha de una vez los refranes populares y abre la mente a nuevas aventuras y andanzas, amigo Sánchez. En este lugar de Murcia, donde nos cubre una inmensa mancha, la ilusión y la voluntad de cambio es suficiente para iniciar el camino. Nuestro enemigo es el duro día a día, pertrechado con el olvido y menosprecio que siempre ha sufrido esta tierra, pero seremos capaces de levantarnos una y mil veces si lo que nos mueve es el bien común, no el interés particular de los que bien conoces.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 6 de julio de 2015

domingo, 28 de junio de 2015

Vuelta al cole

Con la mochila esperando cola en la lavadura, tras despojarla de los últimos libros, cuadernos y papeles arrugados repletos de corazones y mensajes furtivos con tu compañera de pupitre, con la que has compartido los bocadillos cuyas migas aún se adhieren a uno de sus bolsillos dorsales; respiras aliviado y ataviado tan sólo con el bañador, libre de toda la responsabilidad de un curso felizmente superado. Ahora sólo falta cuadrar las fechas para pasar el máximo tiempo con los amigos de la playa, programar las vacaciones sin necesidad de utilizar la agenda escolar. Ya tienes ganas de luchar por la sombrilla con los colegas y de vencer las olas y la vergüenza de la adolescencia con roces y caricias suaves bajo las palmeras. Agua va y refresco viene en unos días de rosas aún sin vino. Fuera del medio acuático, la pelota y otros “plays” guiarán tus pasos en las horas previas al paseo, donde intentarás que la mano pase del áspero mando a la suave piel de una chica morena. A la luz de las estrellas y con el arrullo de las olas, soñarás con repetir, cual marmota, el día. Los pesados de tus padres siguen hablando de política entre salmorejos y gazpachos, alertados porque sigue habiendo tomate para dar y tomar. A ti lo que más te ha sorprendido es que los políticos de algunas comunidades autónomas han decidido trabajar en verano. Siempre con el paso cambiado, finalmente, dado tu espíritu veraniego, no te parece mal que vuelvan ahora al cole, máxime si algunas tomas de posesión han cambiado la cruz del aburrimiento y la corbata por la fiesta de la bicicleta. Ojalá esa penitencia de mantenerse trabajando a pleno sol sirva para, entre otras materias, dar carpetazo a una reforma y recortes educativos que han dejado a las aulas en paños menores y al ministro innombrable con la maleta, sin medios ni profesores y con unos alumnos que temen por tanta revalida, matrículas y circuitos para sacarlos de la educación superior. Es normal que tengan ilusión por cambiar, pero la mochila no es pequeña y las asignaturas pendientes no te digo yo nada. Pues eso, a nadar que voy. 
LA OPINION DE MURCIA / 28 de junio de 2015

domingo, 21 de junio de 2015

Huesos
Aunque también lleven hueso, tan duro de roer como nuestra actualidad política y económica a lo largo de todo el año, una de las alegrías que nos aporta el verano es su fruta. Aquel que tenga la suerte de hurtar a la exportación los albaricoques, paraguayos (no confundir con venezolanos), melocotones o nectarinas que combaten por conquistar nuestro paladar gozarán de la mejor entrada al estío. Un chorro de naturaleza, un bocado de vida, un recuerdo de infancia. Piezas únicas de caza mayor que huyen a tierras extrañas porque valen su peso en oro. De una en una o por cajas; Murcia, como el resto de España, está en venta. Lo mejor de nosotros mismos, que son los recursos naturales, hace tiempo que cuelgan el cartel de “Se vende”. Los jóvenes se subastan al mejor postor, carne de cañón que expone su excelsa formación e intensa sumisión en busca de ser adquiridos por cualquier empresa alemana. Aquello que no puede salir por patas o por ruedas es fruto también de rapiña por los capitales europeos y asiáticos, que manejan una larga lista de la compra de nuestros mejores paisajes y empresas. Es lo que le ocurre a las colonias, esquilmatizadas por su inanición. El capital, que siempre tiene hambre, se junta con las ganas de comer de estos lares y no hay cristiano que resista tal tentación. Máxime si, encima, se ponen sobre la mesa incentivos para comprar viviendas, negocios y, por supuesto, humanos. Por una vivienda, una nacionalización. Por un negocio, una subvención y, por supuesto, exención. Por un joven que se lleven, la baba se nos cae de agradecimiento ante tal emigración. En Murcia se siembra y en el resto de Europa -que ahora se apresta a cercenar la cuna de su pensamiento- y en China se recolecta. En los dos próximos años, el crecimiento no germinará en empleo, pero disminuirán las cifras del paro por la diáspora. Aquí nos quedamos con el hueso y con los intragables hollejos, compitiendo a ver quién lanza el cuesco más lejos mientras nos come y bebe el futuro. 
LA OPINION DE MURCIA / Nos queda la palabra

lunes, 15 de junio de 2015

Lo bueno del pueblo llano

Lo bueno del pueblo llano es que no le pueden despojar de títulos ni ser degradados a peor condición o estatus. Al no ser de un sustrato único, no están obligados a recurrir siempre a papá para hacer negocio ni tampoco han de soportar tediosas galas y desfiles insulsos bajo el sol abrasador de las grandes vías. Adivinan a la primera el cuchillo y tenedor que toca, o mejor aún comen con las manos, y jamás se caerán del caballo.
Qué suerte no tener que esbozar una sonrisa permanente ni la pamela sobre el peinado. Conseguir rascarse la nariz o los bajos sin cámara que lo inmortalice. Mantener una vida informal salvo cuando tiene que formar la cola del paro. Pasar hambre y sed, jugar a sobrevivir, arrastrarse por las esquinas y comportase, cuando es preciso, con pública inquina. Ir a primera línea de la playa, a la última de la grada y en turno a la pescadería. Dibujar sobre la arena el campo de vóley, mirar la piel tersa „que no por encima de la cabeza„ y correr cuando el balón se estrella contra las cristaleras de la iglesia. Saltarse la misa de los domingos y toda la agenda. Perder un cordero al mus, no siempre pagar la merienda. Oír el silencio, dejar pasar el tiempo, saborear la cazuela de la abuela, ojear el amanecer desde el suelo, tocar el miedo de la diaria incertidumbre. No saber de fronteras ni aguantar a diplomáticos de otras tierras, sermones y discursos por doquier de no se sabe muy bien quién. Vivir sin asesores, guardaespaldas, aduladores, pelotas, agradaoidos, agradecidos, trepas, hipócritas y toda la cohorte. Ver un telediario sin nadie conocido en la página de tribunales ni en la de los safaris. Recalar en hoteles perdidos de Murcia en trenes de otro siglo en vez de sólo aterrizar en los cuarteles.
Lo bueno del pueblo llano es que vive como un rey? destronado.
LA OPINION DE MURCIA / Nos queda la palabra 15 de junio de 2015

miércoles, 10 de junio de 2015

El padrino

Resultado de imagen de el padrino marlon brandoProyectan en la Primera  “El Padrino” en horario de máxima audiencia como prolongación del telediario, más apegado que nunca a la realidad, sin necesidad de desconectar para buscar un intermedio. Una gran película que penetró como un soplo de aire fresco en nuestros salones para, quizá, compensar el sesgo informativo de la televisión gubernamental; programas de riesgo como el de Buruaga  -que parece diseñado por la cosa suya- o, seguro, como advertencia sobre lo que les ocurrirá a todos aquellos que no quieran obedecer al capó de la banda, que busca el buen gobierno de su familia. De la familia política, se entiende.
Tras unos años de pillaje, llega el momento del maquillaje, de que los pringados en el juego sucio emigren en busca de otros negocios. Sicarios y peones que van cayendo para defender al rey y los pocos cortijos que aún mantienen en su red.
Reflejo de Sicilia, esta España nostra comienza a aplicar un lavado de corruptos que para sí lo quisiera el del algodón, aunque para que luzca impoluto hacen falta que rueden mil y pico cabezas, las de aquellos que buscaron el beneficio privado desde la escala pública.
Rapiña que de la nada han repartido el Estado del Bienestar entre su bolsillo y sus amigos. Elementos que no han dudado en esquilmar el medio ambiente, como denuncia el último informe de Greenpace, para amasar dinero.
Nunca el voto fue tan higiénico y desinfectante, rezumando una ola de optimismo entre los votantes que ojalá se eternice durante toda la legislatura.
Anímense, pues, los de Telemadrid, Canal Sur, Canal Castilla La Mancha o la propia 7 murciana y emitan toda la saga de Marlon Brando. No habría mejor forma de inaugurar la nueva etapa de la televisión autonómica y de celebrar el Día de la Región de Murcia, aunque mucho me temo que, si no lo remedian los pactos, nos inundarán de galas como “Murcia qué hermosa eres” y otros prodigios.
Desde la nada

Cuentan los mendigos que en estos últimos días los periódicos en los que se envolvían para mitigar la noche venían especialmente empalagosos, repletos de buenas intenciones y de promesas vanas. Un revoltijo de marcas intentando atraer clientes como vulgares moscas.  Y no es que el pasado domingo se despertaran como Gregor Samsa, aturdidos por un ajetreo matutino inusual y voces que auguraban una metamorfosis. Simplemente tuvieron que abandonar sus diarios y cartones junto a los colegios electorales para dejar paso a la muchedumbre. Trasladaron precipitadamente sus enseres, aunque hace tiempo que dejaron de ser. Desprovistos de NIF y, lo que es peor, de alimento, asistieron con curiosidad al peregrinaje hacia la urna. Impasibles, temieron que aquello pudiera cambiar sus vidas. Qué el resto de ciudadanos fueran capaces de verles en vez de intentar apartarles de la vista. Qué pasáramos de despreciarlos por su condición a tenerles alguna consideración. Qué se intentará aplicar mayor justicia social en vez de caridad. No lo creían. Ya habían vivido otros empachos mediáticos de optimismo, otros gastos de papel para envolver la ciudad de propaganda, otros lanzamientos de buenas propósitos…que habían acabado en un bluff. Malo es, pensaban, que la gente se distraiga con asuntos ajenos al fútbol. No hay nada como el balón para que todo ruede. Habían escuchado que el Murcia se la juega este fin de semana. Estaban eligiendo escaparate para echar una ojeada a la final de la Copa del Rey y de la champions. Y no se querían creer, de ninguna forma, que algún malintencionado ligara corrupción al deporte rey. Qué el fútbol entrara en el banquillo les sobresaltó sobremanera pues quizá era un símbolo evidente de que algo iba a cambiar. De que algo importante iba a suceder, que en algún momento llegaría su momento, como le llegó a Qatar con el mundial. Y entonces alguien les dio la enhorabuena: son ustedes campeones pues Murcia es la región líder en tasa de pobreza.  Pobres ellos y pobres nosotros, aunque es posible que el 24-M no haya sido un domingo cualquiera.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 31 de mayo de 2015.

domingo, 24 de mayo de 2015

La cita
A punto de consumarse el divorcio entre los españoles y la política llega la prueba de fuego de las elecciones. Tras los innumerables sobresaltos que hemos sufrido en estos últimos cuatro años en el diván, al que nos intentan sujetar de comicios en comicios, parece que una gran mayoría se alzará este fin de semana para demostrar que es posible el cambio. Tal ha sido la excitación que de la apatía se ha pasado al compromiso, al convencimiento de que un voto puede redimirnos de la pobreza económica y la castidad participativa. Una nueva era en las sanas y lógicas relaciones entre la opinión pública y sus representantes políticos. Ellos también se esfuerzan en recuperar el amor verdadero o perdido, levantando pasiones entre sus fieles. Es enternecedor el amor fou de José María con su Ana, que sufre en silencio el desprecio de los que ya no le tienen aprecio, plantándola en la Plaza Mayor mientras intentaba relajarse. Otras veces, el grandioso sentimiento no afecta al cerebro sino a la vista, pues se deja de percibir el paro, la pobreza o la desigualdad. El amor es ciego, Mariano. Y qué decir de los amantes del PSOÉ. Pedro y Susana y viceversa, aunque no están tan a la izquierda para jugar a los tríos. Qué miradas, qué medias sonrisas, qué palabras recortadas, qué primavera de rosas marchitas. Y si de prolegómenos se trata, nada como Izquierda Unida, unida. Venga a trabajar,  a sudar la fase previa, entre elección y elección, para luego no culminar. Y llegamos a los tríos, que lo estabais esperando. Tanto buscar el centro, el amigo Pablo se ha desprendido de Tania y de Monedero, sin saber por dónde enamorar. Más carnal, como efebo castigador de los maduros, se ofrece Albert, cuyo cuerpo ya recorrieron todas las miradas en anteriores citas. De tanto hacer solitarios, UPD ni se le ve ni, temo, se le desea. Hay más partidos que posturas del kamasutra y no es cuestión de bajar tampoco al terruño, que en este campo da más bien poco, aunque lo importante es que no nos lo quiten. Cuidado también con los exhibicionistas y sadomasoquistas. Elijan bien la pareja, sin temor al cambio, que luego vienen las quejas.
NOS QUEDA LA PALABRA / Publicado en La Opinión de Murcia el 24 de mayo.

domingo, 17 de mayo de 2015


De campaña

Estamos en campaña electoral. A tenor del resultado de algunas encuestas al parecer la mayoría aún no se ha enterado. Si se topa con algún hombre pálido por el mercado no se preocupe porque pueda padecer una enfermedad. No salir del despacho les impide curtirse la piel, aunque no en otros campos. Evite, de cualquier forma, contagiarse de su verborrea y de su optimismo voraz. Para algunos la política es una adicción y, para el resto de los ciudadanos, una perdición. Están fervientemente convencidos de la bondad de su producto y encantados de haberse conocido, pero si rasca un poco encontrará que tras la dura cara se esconde un corazón aún más pétreo. Asienta como lo hacen ellos antes de disentir o no cumplir. Devuélvales la sonrisa que exhiben en sus coloridos carteles. Deles un golpecito en la espalda si se atragantan de tanto hablar de empleo y de recuperación económica, como si el mal trago no lo sufriéramos nosotros. Y, si es menester, prometa votarles para, posteriormente, emularles en el incumplimiento de sus promesas. No tenga tampoco miedo, temor a que estos personajillos hayan traspasado las pantallas de su televisor, ocupando no sólo su salón sino sus calles. Están a su servicio y ahora aún más, dispuestos a venderles el bienestar que, durante el resto de la legislatura, le hurtarán. Entre esa nube de zombis, capaces de sembrar de pobreza, malestar y corrupción todo lo que tocan, debe descubrir al más humano en el mejor sentido de la palabra. Que no le den gato por liebre. Que no le ofrezcan menos impuestos por igual o mejores servicios sociales. Que no se rasguen las vestiduras para mostrarnos su desnudez y transparencia mientras ocultan sus manos. Y lo mejor de todo, si me permiten un último consejo para, como el resto, no seguirlos: acópiese del máximo de víveres en el mercado, que no tenga que volver a la plaza hasta pasado el 24. Que, con perdón, ya somos mayorcitos y sabemos lo que nos conviene. O quizá no.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia, 18 de mayo

domingo, 10 de mayo de 2015


Resultado de imagen de del mito al logosEstampida
Nada más salir el sol, la cabra montesa líder se apresura a subir a la gran piedra que preside el Parque Terra Natura en Murcia; casi a igual altura que la flecha sobre la que, a la misma hora, se encarama el águila real. Su instinto animal aún les mantiene la esperanza de avistar el horizonte, reencontrarse con la naturaleza y el espacio libre. Bien es cierto que ya no recuerdan la sensación de libertad. Se han acostumbrado a la cautividad, el mismo pesar que perciben en los cientos de visitantes que cada año ocupan su recinto para, generalmente, en grupo, observar sus andares y vuelos. Hace tiempo que no se acercan a las vallas, que reprimieron sus primeras ansias de escapar. Ni siquiera saben si continúan levantadas o lucen en ellas cuchillas. Cortadas sus alas en ese pedacito de erial, aprecian como natural su gris existencia, mera mercancía al servicio de una empresa. Algunos, los más animales, alaban su privilegiada situación, advirtiendo sobre los males de la naturaleza y de la independencia. Mejor sobrevivir que luchar por evolucionar, sermonean y sentencian. Otros, los menos, apestados de la tribu, llaman a la rebelión. Contaminados por algunos turistas amantes de los parques temáticos, estos pocos infieles han escuchado que existe un lugar cercano donde la tierra es mítica o, lo que es lo mismo, capaz de evolucionar hacia el logos o la razón. Allá al parecer cuentan muchas películas, pero por muchas vueltas que den la vertiginosa realidad acaba por emerger. Levantado, como todo Benidorm, sobre una fantasía, el mito se derrumba para dar lugar a la filosofía, aquella ciencia, que gracias a su sentido racional y crítico, nos hace animales libres. Cuando sopla el viento de levante, en un mar que oculta el pobre y marginado barrio del Espíritu Santo de Espinardo, algo se mueve en terra natura, donde el logos desenmascara las mentiras y el tedio para hacer realidad un cambio sobrenatural.

NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión 9 de mayo de 2015

sábado, 9 de mayo de 2015




Con ira

Resultado de imagen de libertad de expresionCamino de los 40 años de las primeras elecciones democráticas,  todo parece volver al principio merced al retroceso tanto en los derechos y las libertades como en la corrupción que sostuvo durante otra cuarentena una dictadura que subyugó la convivencia. Estamos prestos a recuperar la pegatina de la célebre máscara blanca con el trazo rojo sobre la boca, un grito por la libertad de expresión que ahora quieren ensordecer para ocultar la corrupción. Si aquel régimen sacó lo peor de nosotros mismos, la supuesta nueva etapa democrática ha puesto al descubierto las debilidades de una clase política que sólo atiende al dinero. En una vuelta atrás sin precedentes, donde algunos sitúan la esperanza de mejora en la recuperación de la ley de vagos y maleantes para ocultar la pobreza; los servicios públicos, como la educación y la sanidad, se van desmoronando tras el espejismo de su universalización. Y para que todo sea igual que en aquel reencuentro con las urnas tras la más negra etapa de España, soplan vientos de cambio. Es verdad que ya no es posible entonar la célebre  “Libertad sin ira” de Jarcha, pues la ilusión se ha tornado en rabia, pero parece que se aproxima una verdadera transición, aquella en la que ganaremos todos, individual y colectivamente. Aunque no es pequeña la masa que considera que todos son iguales o que con el voto no se consigue nada, amiga de los que creen que el Gobierno les pertenece en razón a su clase; otra esperanza, que sí atiende a la bondad de su nombre, se va extendiendo. La necesidad imperiosa de dar un giro, el compromiso permanente por una sociedad más justa comienza ya. Ya no bastan las buenas palabras ni los bonitos programas, los acuerdos preelectorales con los ciudadanos que se están rubricando en regiones como Murcia y que desprecian los mismos que quieren acallar los bolígrafos, abren una nueva etapa en la que la rendición de cuentas comienza desde el minuto uno. Ya no iremos de cuatro en cuatro años ni, por supuesto, de cuarenta en cuarenta.  Qué así sea.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 2 de mayo de 2015