sábado, 14 de noviembre de 2015

Banderillas

A los murcianos no nos hace falta independizarnos. Ya estamos aislados de la metrópoli, tal y como comprueban los osados turistas que, a modo de Calleja, recalan en estas tierras tras múltiples y aventureros transbordos en avión, tren o autovías con destino a Andalucía o al Levante. Cuando ya paladean su conquista en estos parajes, te preguntan cómo es posible tanto retraso y nosotros, como un gilipollas madre, hacemos gala de nuestro españolismo. Nacionalismo hay de muchas clases, pero su objetivo parece ser idéntico más que identatario. El catalán es aventado por un Gobierno y un partido corrupto que ha arramblado con todos los derechos a base de recortes. El español es abanderado por un Gobierno y un partido corrupto que…. Cambian las banderas, unas tiene más listas que otras, pero no los listos que las colocan para, como si fuéramos becerros, provocar el engaño. Yo soy español, español y muy español, pero que me devuelvan lo que se han llevado, incluida la sanidad, educación y atención a las personas dependientes o que más lo necesitan. Qué encarcelen aquellos tan patriotas que se han hecho ricos con el erario público y han depositado su españolidad en Suiza. Qué desenmascaren también a aquellos que lucen la rojigualda en su rolex como si fuera la propia de su rol, pero tributan en Luxemburgo. Y que, por otra parte, en vez de declaraciones grandilocuentes, los gobiernos procuren que todos los españoles tengamos los mismos servicios y derechos en todo el territorio, sin comunidades de primera ni de segunda. Menos enseñas y más enseñar cifras en un presupuesto justo y efectivamente ejecutado, que ni la desigual posición de partida ni el déficit ni la mala gestión lo convierta en papel mojado. Luego, hacemos los desfiles que quieran, incluso juramos solemnemente la bandera y, si es preciso, compartimos una tarde gloriosa de tortilla y toros; pero, mientras no ocurran los milagros descritos, que no nos la metan por ningún ojo.
LA OPINION DE MURCIA en contraportada / Nos queda la palabra. 14 de noviembre 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario