ALGO PERSONAL
No son tiempos para la lírica. De hecho, la “Señora” de
Serrat o la “Princesa” de Sabina ni proceden ni nunca han dormitado en el
parnaso de los modernistas, donde la poesía era un fin en sí mismo. Allá, es
verdad, nunca han anidado estos dos pájaros, siempre volando a ras del suelo
para “cantar” las injusticias. Con un espectáculo intachable y aún con la vida
puesta en cada una de las canciones, en Murcia volaron demasiado alto, sin
visos de contraatacar, como reza su gira, al desmantelamiento que está sufriendo
el Estado de Bienestar. Con un “Para la libertad” que sonó al final, los
abundantes diálogos giraron, preferentemente, en torno a “quién la tiene más
grande”. Sin caer en la cuenta, espero, que su público no sólo disfrutamos con
su música, letras, “saber estar” y sus bien traídos chistes o su increíble
puesta en escena con esas luces cegadoras. Deseamos también que fuera algo más
que un concierto, un compromiso, una voz en el desierto murciano. Un aliento
contra el iceberg del mercado. Nos lo pasamos bien, pero a veces pensé que
igual habría sido mejor que hubiera llovido para resguardar intacto el aprecio
a estas dos voces críticas que, al parecer, sólo nos es posible escuchar y leer
fuera del escenario. Por muchos años.