viernes, 27 de marzo de 2015

NOS QUEDA LA PALABRA
Viaje con nosotros
Fue cerrar la bolsa y dar las cotizaciones: Lufthansa cae, Iberia sube, las empresas aéreas ascienden a pesar del grave accidente de esta mañana. Días después, los medios siguen recitando como sobrevuelan las compañías en el parquet, aunque la bolsa de supuestos valores se complemente ahora con los bolsones amarillas que contienen los pedazos de las víctimas. Habrá un momento donde las cajas negras sólo marcarán el índice bursátil en el momento del impacto, pues es un dato realmente interesante para el común de los mortales. Al fin y al cabo, todo parece reducirse a lo económico. Hay hasta quien aprovecha el espectáculo para revolver en el fango, poniendo a disposición de los familiares de las víctimas un teléfono 902 de pago. Y no sería extraño que los responsables de Tráfico achacaran el accidente a la mejora de la economía, tal y como inteligentemente dedujeron en el incremento de los muertos en la carretera. Otros idiotas se ensañan directamente contra la nacionalidad de los viajeros como si los Alpes no nos igualaran a todos en nuestra insignificancia.  Aunque, ciertamente, hay quien se empeña en castigar a los que menos pueden levantar el vuelo, como es el caso del Instituto Murciano de Acción Social. El IMAS, esta corporación de bajo coste, podía pedir su inclusión en el IBEX 35 pues su objetivo, al parecer, es cerrar el ejercicio con superávit mientras las personas dependientes y más necesitadas ven perder sus derechos y manutención. Con los más bajos índices de protección social, últimos puestos en la prestación de la dependencia y reducciones constantes en las aportaciones a las asociaciones y ongs que cubren la desidia y el abandono administrativo; el IMAS se permite el lujo de ganar billetes. Ríete de las malas compañías, pues en Murcia, aún sin aeropuerto, lo que mola es el vuelo rasante, a la altura del cuello.

domingo, 22 de marzo de 2015

Cara y cruz
Como el eclipse. Quince años esperando el fenómeno,  tantos como la gélida crisis que nos circunda, y todo se nubla. Se oscureció el sol por partida triple: el gris de los últimos estertores del invierno; la siempre juguetona luna y, en fin, la atmósfera imperante. Tras las esperanzadoras palabras de Luis de Guindos sobre Murcia, felicitándonos por nuestras cuentas en consonancia con la visión que ya demostró en otros lares, y las no menos dichosas promesas electorales de este año de cambios estaba en pleno giro vital hacia el optimismo; impulsado, como una peonza, por el encadenamiento del Día del Padre (19 de marzo), la Felicidad (20) y la eclosión de la primavera (21). Con ese espíritu, metí en la mochila un libro de Punset sobre positivismo para ojear a la sombra de un melocotonero bajo el arrullo del Segura. La mañana quiso que amaneciera fría, aunque los campos de Cieza se despertaban con los mejores colores, sólo empañados por la nube de humo con la que los agricultores combaten las heladas. Los seguros agrarios no se han librado del recorte, de la poda de los recursos públicos, lo que obliga a los agricultores a prácticas olvidadas, prendiendo hogueras para salvar la cosecha. En torno al fuego, pero como signo de estos tiempos y teniendo como protagonistas a los desalmados que buscan el beneficio rápido, que no el sustento que siembran los agricultores, su espectacular valle ha sufrido dos incendios, quizá avivados por leyes que permitirán construir sobre la tierra quemada. Desde su atalaya, desde Siyasa, la esplendorosa naturaleza, la historia de sus fundadores y la buena gente de la ciudad actual, aunque no faltan quien ve con recelo a los primeros moradores, nos muestran que aún hay esperanza aunque todo tenga una cara y una cruz. Ya saben, como dice Hacienda, Caritas y el PP la misma cosa es. Blanco y en negro. El derecho y el envés.

domingo, 15 de marzo de 2015

Aforro 

Aforro: Capacidad de algunos cargos públicos para ahorrarse el ciento por ciento de su nómina. Los más infalibles, el 120%. Curioso animal político que logra acumular en su buchaca todo lo que araña en la jungla diaria, en torno a los leones u otros congresillos. No se le conoce gasto en todo el año, pues jamás reparan en banco o caja, reintegro o cajero ni para tomar aliento. Pasan los meses como empezaron, quizá con más dinero. Y es más, cual dromedarios, saltan los años sin mover los cuartos, salvo los trasteros. Suelen sopar en todos los charcos, especialmente de aquellos situados en buenos terrenos, protegidos medio ambientalmente. Es oler la recalificación y les crece el diente, sembrando el terror a su alrededor. No les hace falta más, ni medias pensiones ni rentas básicas ni aumentos de sueldo. No les entran balas ni crisis por mucho que sus opositores balen. Sólo temen a los hombres de negro, capaces de acorralarles. Sin prisas, pero sin pausa, terminan por llevarlos al estrado, con la ayuda inefable de otros francotiradores, que hacen caso omiso al jefe de la montería para poner su punto de mira sobre los poderosos.  Osados, osete en la Región de Murcia, no dudan en aplicar la lupa a tan curiosos personajes, que siguen en sus trece cuando no catorce y quince, pues de sus cuentas no descuentan. Son numerosas sus víctimas. Devoran a los de abajo, pero, si es necesario, también a los de arriba. Destrozan a los que les intentan llevar a capítulo, les piden cuentas o que expliquen su inexistente presupuesto, pues no hay tal sin gasto. Se mofan del déficit, la deuda, equilibrios o balanzas, incluida la de la diosa justicia. Se les ve altivos y, por supuesto, tranquilos.  Y practican, con denuedo, la acepción pronominal del verbo: aforrarse. Ahorrarse dinero y molestias. Entre esos tipos y nosotros es evidente que hay algo personal. Un sentimiento animal que nos remueve las entrañas.

sábado, 7 de marzo de 2015

¡Qué festival!

Las luchas encarnizadas en la cumbre que han tenido como escenario natural la Región de Murcia no han estado nada mal como preestreno de lo que será el FestVal que acogerá la capital a finales de marzo en torno a la serie “Juego de Tronos”. No ha hecho falta esperar al desfile de los célebres personajes de Poniente por la Trapería para disfrutar con el juego de pasiones y traiciones que nos han tenido con el corazón en un puño de tanta emoción vivida. Estratégicos sacrificios en el campo de batalla para salvar al caballero oscuro. Torres que se han movido para derrumbar al rey, que ha probado en sus carnes lo que es un contrato temporal, aunque ya no quedan de los de un año. Ni la justicia le ha salvado de las llamas, avivadas al ritmo del inexorable reloj con el que finalizaba la última jugada. Familias mancilladas, aceite hirviendo y mucho juego sucio de muñidores y celestinos que no dudan en perder el bigote a favor de la intriga. Otros han dicho adiós a su cabeza y no han faltado peones ni arribistas atentos a cambiar de bando a las primeras de cambio. Han salido incluso enanos, recordando a otros monarcas galos que perecieron en casas más grandes, aunque parecían más sabios. Tanto ruido de altavoces y cuchicheos, sobresaltos y sobreasaltos, cuchilladas de frente y por la espalda, camillas y camarillas y, finalmente, sonrisas y lágrimas podrían  haber despertado al pueblo. Con los hilos tendidos por el suelo y la oscuridad, abandonados por la distancia, los habitantes del reino negro estaban de súpito, rendidos, como marionetas inanes. Hay quien ha osado darles vida, ofrecerles otro mundo posible con un horizonte más transparente y nítido, cual ficción televisiva pues, como este modesto articulillo, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Todo quizá ha sido una pesadilla o un mal sueño, pues finalmente, como la afamada serie televisiva de Canal +, sólo transcenderá a la gente de pago, que no colgará el colorín colorado porque ya comienzan a preparnos la siguiente temporada.