sábado, 27 de octubre de 2018

Al tema
Contaba con un buen sitio para no perder de vista el objetivo. Mentiría si dijera que su empresa había escatimado dinero en su alojamiento en Murcia. Desde su balcón, aferrado a una bandera española, se veía el Palacio Episcopal, el Ayuntamiento y, tapada por la Escuela de Arte Dramático, la consejería de Hacienda de la Comunidad Autónoma. Representaba a un célebre Parque Temático y necesitaba terrenos, autorizaciones y demás bendiciones. Comenzaría con los días de sol, seguiría con su nuevo aeropuerto y AVE, les alabaría la facilidad y libertad que existe para montar un negocio y, finalmente, les daría a ellos todo el protagonismo con tal de conseguir los permisos. Las cámaras y micrófonos, sobre todo las cámaras, y, ya puestos, lo que hiciera falta. Una vez montados en la atracción fatal habría tiempo de circundar el parque con hoteles, restaurantes, campos de golf y una ciudad anexa. En el sube y baja de la negociación habrá momentos de vértigo, donde alguno se bajará en marcha y otro no cesará de dar vueltas como una noria antes de dar el sí. Patrocinaría encuentros gastronómicos y cofrades si era preciso. Hasta se sentaría en el reclinatorio de Los Jerónimos o en el palco del Real Murcia a recibir los plomizos responsos o los justificados improperios de los futboleros, hinchados de tanto sinvergüenza. Todo con tal de obrar el milagro o de meter el gran gol de una recalificación que multiplicara por mil los beneficios de la inversión. Tampoco le parecía misión imposible que la mega inversión -donde igual entraban inversores de Arabia Saudí a degüello o, mejor, a toda pastilla- se dedicara a los chistes que, últimamente, circulaban sobre Murcia.  Esta ciudad que ahora contemplaba desde la Plaza de Belluga se había puesto de moda en toda España…De forma callada y obediente, sin levantar nunca la voz, estaba en boca de los chascarrillos tanto en el Congreso de los Diputados como en el bar de la última esquina de la patria.  Y venga bromas y carcajadas…que ahora tendrían la oportunidad de reproducir en la propia Murcia y, ya se sabe, que el que ríe el último ríe mejor. 
NOS QUEDA LA PALABRA. La Opinión de Murcia

domingo, 21 de octubre de 2018


Se busca geriatra

Murcia ya ha comenzado a tomar medidas para que España, en ningún caso, se convierta en 2040 en el país con mayor esperanza de vida, tal y como prevé el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud en un estudio dado a conocer esta misma semana. Ha sido llegar Pedro Sánchez al Gobierno y ya nadie quiere morirse y hasta ahí podíamos llegar. En un intento serio para evitar subir al podio de la inmortalidad, en la Región de Murcia los geriatras brillan por su ausencia. Los cerca de 170.000 murcianos que superan los 70 años de edad van de consulta en consulta buscando un tratamiento integral que tan sólo encuentran los más afortunados de Murcia y Cartagena, pues sólo en parte de esas ciudades existen hospitales y especialistas en Geriatría, que se pueden contar con los dedos de una mano. A los demás viejos que los zurzan, como se dice en los pueblos. Un buen número de ellos acaba en el diván de Neurología y con suculentas raciones de medicinas  aceleradoras o adormecedoras que, en este caso, es lo mismo. Una vez apaciguados o utilizados como conejillos de indias para certificar los perversos efectos secundarios de algunos de los mejunjes, regresan, con el parte de alta, a su médico de cabecera. Un circuito mortal donde, evidentemente, no se precisa la eutanasia, como diría el amigo Pablo Casado. Aunque igual esta estrategia de derribo le sale a la sanidad murciana por la culata, pues si antes existía la creencia de que acercarse al médico era el primer paso para despegar al cielo, ahora la aventura te resucita. Hoy, sales fortalecido tras driblar con uno y con otro, con sus recetas y diagnósticos y con las listas de espera. Conforme vas cogiendo los virus de cada centro sanitario, incluido las manías de cada galeno, te vas inmunizando y estamos cerca de no saber qué hacer para deshacernos de los abuelos, tal y como dibuja el siempre recordado Saramago en su, ya creíble, “Las intermitencias de la muerte”.  Menos mal que, como siempre y más aún en este ámbito, hay esperanza y ahí tenemos a la vallisoletana Verónica Casado como la mejor médico del mundo. No es geriatra, pero cada vez está más cerca el tiempo en el que la mayoría de los médicos lo sean…se quiera o no en Murcia.


NOS QUEDA LA PALABRA / LA OPINIÓN DE MURCIA

sábado, 13 de octubre de 2018

En cadena
Llevaba encadenando contratos temporales a golpe de salario mínimo desde la última reforma laboral. No sabía si le estaban cotizando y tampoco podía abrir la boca porque el último compañero que lo hizo fue puesto de patitas en la calle. Hoy le habían comentado si, a pesar del medio puente de la Hispanidad, podía echar una mano el domingo por la mañana para cerrar un pedido que saldría hacia Francia. Se acordó de lo mal que lo pasaban los jornaleros con el jodido sol que pega en el campo murciano aún en otoño y también de la falta de horas y del cansancio que acumularían los camioneros; por lo que decidió asentir sin que se le notara el decaimiento. No sabía mentir, pero había aprendido a callar porque tenía dos hijos en edad escolar y a su padre también a su cargo, lidiando con la dependencia. No le hacía falta leer los periódicos para comprobar en sus carnes como durante los últimos años sus condiciones laborales empeoraban a la par que su poder adquisitivo, la calidad del centro público donde estudiaban sus chicos y las percepciones y atención que recibía su progenitor. Aquella jornada sabía que estaba a punto de estallar y lo pagó con una joven ecuatoriana que aguardaba en la cola del Mercadona. Se encaró con ella porque la hispanoamericana llevaba compra también en el bolso, no sólo en sus manos. ¡Eso se avisa! Le espetó de malos modos ante el asombro de su hija pequeña y el estupor de la cajera…Siguió escupiendo por la boca contra los inmigrantes como un energúmeno. Él que, seguro, tendría que aguantar que, una vez llegara a su casa, su padre le recordara alguna batallita que tuvo en Alemania cuando toda la familia tuvo que emigrar. ¡La culpa es de los extranjeros! Masculló mientras acomodaba los víveres. Ya en los brazos de Morfeo, en el mundo de los sueños, le pareció escuchar que se subía el salario mínimo, que antes de fin de año se derogaba la reforma laboral, que en los próximos presupuestos aumentará la partida para la dependencia y que se reforzaría, asimismo, la educación y la sanidad públicas...aunque él ya tenía el voto decidido para un partido xenófobo. 

sábado, 6 de octubre de 2018

Woman


 “Loco, tu mujer es una perra, una diabla”…más de 10 millones de visitas en Youtube que demuestran que las moscas tienen razón. Hasta 63 millones de votos entronaron a Trump al frente del, supuestamente, país más avanzado con frases como “las mujeres son objetos estéticamente agradables”. Ayer mismo, el Senado yanqui dio vía libre a la mano derecha del misógino, Brett Kavanaugh, para ocupar una plaza en el Tribunal Supremo aunque está acusado de cuatro violaciones durante sus estudios en un prestigioso y muy católico centro privado. Este pajarito, que consideraba también a su sexo contrario meros objetos de desahogo, permitirá al villano eludir todo tipo de juicios por corrupción, violación y maltrato. Aquí, en España, no le haría falta tal defensor a tenor de la formación, el carácter y el saber estar de algunos miembros de la judicatura. Con el voto particular que permitió la vergüenza en la sentencia de “La Manada” como pistoletazo de salida, hemos conocido jueces que dejan libre a acusados doblemente de violencia doméstica, como ha sido el último caso en Castellón, con el resultado ya conocido: las dos hijas asesinadas por el padre. Más reciente aún es el vergonzoso vídeo en el que un juez llama “bicho” e “hija puta” a una víctima de violencia de género. El tal Kavanaugh podría, por tanto, formar parte de nuestra más vergonzosa judicatura, aquella que nos hace ver como la mejor medida de Pedro Sánchez la de reforzar la formación del poder judicial en el ámbito de la violencia machista. Con el permiso de los pensionistas, habrá que convenir que el movimiento feminista, que el despertar de las mujeres, es lo mejor que nos está ocurriendo en este siglo, aunque aún sea insuficiente para que, de forma inexplicable, la sociedad elija a energúmenos a su frente. Mañana habrá elecciones en Brasil -donde Lula da Silva está en la cárcel tras luchar contra la desigualdad social- con el ultraderechista Jair Bolsonaro como favorito. Racista, dictador, homófobo y, por supuesto machista: “Tengo cinco hijos. Cuatro varones y en la última ya tuve un momento de debilidad y salió niña”. Más de dos acusaciones de violencia machista en la tarde del martes en una ciudad como Murcia…a mí que no me llamen loco.


NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia