sábado, 13 de octubre de 2018

En cadena
Llevaba encadenando contratos temporales a golpe de salario mínimo desde la última reforma laboral. No sabía si le estaban cotizando y tampoco podía abrir la boca porque el último compañero que lo hizo fue puesto de patitas en la calle. Hoy le habían comentado si, a pesar del medio puente de la Hispanidad, podía echar una mano el domingo por la mañana para cerrar un pedido que saldría hacia Francia. Se acordó de lo mal que lo pasaban los jornaleros con el jodido sol que pega en el campo murciano aún en otoño y también de la falta de horas y del cansancio que acumularían los camioneros; por lo que decidió asentir sin que se le notara el decaimiento. No sabía mentir, pero había aprendido a callar porque tenía dos hijos en edad escolar y a su padre también a su cargo, lidiando con la dependencia. No le hacía falta leer los periódicos para comprobar en sus carnes como durante los últimos años sus condiciones laborales empeoraban a la par que su poder adquisitivo, la calidad del centro público donde estudiaban sus chicos y las percepciones y atención que recibía su progenitor. Aquella jornada sabía que estaba a punto de estallar y lo pagó con una joven ecuatoriana que aguardaba en la cola del Mercadona. Se encaró con ella porque la hispanoamericana llevaba compra también en el bolso, no sólo en sus manos. ¡Eso se avisa! Le espetó de malos modos ante el asombro de su hija pequeña y el estupor de la cajera…Siguió escupiendo por la boca contra los inmigrantes como un energúmeno. Él que, seguro, tendría que aguantar que, una vez llegara a su casa, su padre le recordara alguna batallita que tuvo en Alemania cuando toda la familia tuvo que emigrar. ¡La culpa es de los extranjeros! Masculló mientras acomodaba los víveres. Ya en los brazos de Morfeo, en el mundo de los sueños, le pareció escuchar que se subía el salario mínimo, que antes de fin de año se derogaba la reforma laboral, que en los próximos presupuestos aumentará la partida para la dependencia y que se reforzaría, asimismo, la educación y la sanidad públicas...aunque él ya tenía el voto decidido para un partido xenófobo. 

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