sábado, 30 de septiembre de 2017

Espera un poco, un poquito más

Dice el tango que 20 años no es nada. Digo yo que el tongo podrá esperar 20 días más para hacer realidad su sueño o, más bien, la pesadilla. Qué el soplo que, con la frente marchita, le ha dado a Cataluña podrá esperar tres semanas para que la Nueva Condomina acoja el gran Murcia-Barça de la Copa del Rey. Para una vez que nos toca la lotería de ver al Barcelona por este reino no nos hagan la jugarreta de abandonar la competición. Les juramos que no les robaremos ningún bombo. Aunque sea por última vez, solidarícense con la España de Segunda B, transfiriendo fondos para nuestra supervivencia, encarnada en su expresión máxima por el fútbol patrio. Deporte rey que, con permiso de las diferentes banderas, es el principal emblema de todos, vistan la camiseta que vistan. Estamos tiesos y no estaría mal que nos agradecieran la contribución de los miles de murcianos emigrantes a lo que fue hasta ayer Cataluña, ya que hoy se muestra irreconocible. Ya sé que el fútbol en su base es muy popular, pero en sus alturas es un negocio puro y duro de cuatro, tal y como es visible en nuestra Real Federación o en el no menos Real Murcia. Háganlo porque quizá bajando hasta aquí, que ya es descender, están apoyando implícitamente la candidatura real para Froilán, conquistado por una murciana. Yo ya me ha apuntado al Partido Froilanista, los independientes gallegos que reclaman el trono para el hijo de Marichalar y la infanta Elena. De independiente a independiente y yo también me tiro por la pendiente. Háganlo por Pedrito, ex del Barcelona y de su mujer que ahora abraza a una joven de Beniaján. O sino por Piqué, inmerso en rumores de crisis matrimonial, antecedente de un próximo noviazgo con una zagalica huertana. Habrá que verle bailando la jota mientras entona la parranda, de ritmo y letra mucho más atractivas que Sakira. Una vida sin fútbol es como el plan que nuestro irreal Gobierno está preparando ya, desde el banquillo, para atender la tercera edad sin incluir la ley de dependencia, mucho más importante que cualquier independencia.

NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 30 de septiembre de 2017.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Entre Espuña y España

Mi amigo Nono sabe más que yo. Yo sólo le recomiendo que con ese nombre no vaya ahora a Cataluña y él me da una lección sobre lo que está ocurriendo con los arruís en Sierra Espuña, que eso sí que es un conflicto territorial. Hay quienes quieren dirimir el conflicto a tiros y hay quienes esgrimen la necesidad de convivencia. Unos lo consideran especie invasora y otros benefactora. Y por encima de todo está una Ley de ámbito nacional que regula sus condiciones de existencia tras una sentencia del Tribunal Supremo. Legislación y jurisprudencia a la que se opone el Gobierno y el Parlamento murciano. No llegaremos al referéndum, pero no me dirán que el animal daría también para más de un telediario. Quizá por sus cuernos prominentes o porque lo da esta tierra, en los 50 años que llevan estos ” charnegos” entre nosotros se han multiplicado. No son tan históricos como algunas comunidades, pero desde luego ocupan ya un lugar esencial en su territorio, adaptándose incluso a la visita de los excursionistas. A mi suegra, mis cuñados y demás familia nos saltaron delante y posaron con gran elegancia para nuestro objetivo. Son, sin lugar a dudas, la guinda de la reforestación que el gran Ricardo Codorníu, nacido en Murcia aunque de origen catalán, realizó en Espuña. Amenazados ahora por el Estado  y por los jueces, que los mantiene en el Reglamento de Especies Exóticas Invasoras, desde Murcia se pide la amnistía  e independencia para la comunidad de muflones. Puede que, como dicen excelsos científicos británicos, causen daño al ecosistema, pero nunca alcanzará la magnitud de otras actitudes que desgarran totalmente el sistema y no por una cuestión social sino por una bandera. La naturaleza es sabia y hay voluntad de diálogo. En otros escenarios no abundan ni los sabios ni el diálogo. Sólo las cornadas de jefes de la tribu incapaces de dar una solución o un paso atrás. Yo con mi colega Nono no puedo más que, a pesar de su apellido, estar de acuerdo.

NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 24 de septiembre de 2017

domingo, 17 de septiembre de 2017

Más madera

Cómo se nota que estudiaron en un colegio de pago y no en uno como el del Llano del Beal, que se erige sobre una base de plomo y metales que sufren ahora  los descendientes de aquellos mineros en huelga, que también recibieron lo suyo, por reclamar el fin de la semiesclavitud en la Sierra Minera. Tanto el alcalde de Murcia como el también flamante ministro de Fomento no comprenden que haya murcianos que se lancen a las vías para defender sus derechos. El primero entiende que ese tipo de manifestaciones no se corresponde con los genes de los murcianos, en los que sólo cabrían los actos movidos por la fe, como la que nos piden las autoridades populares durante los últimos lustros en relación al AVE. No sabemos qué consideración le merecerán aquellos cientos de vecinos que se desviaron, nunca mejor dicho, de la Romería para acompañar a la calaña que reclamaba un proyecto racional o soterrado para la entrada del tren en Murcia. A la hora de expedir certificados de murcianía, el Ayuntamiento parece tenerlo claro. Con respecto a Madrid, que no sabe siquiera cómo llegar a una Región que mantienen en vía muerta, al señor De la Serna le da lástima que haya familias enteras sobre las traviesas, incluyendo a los pobres niños. No comprende cómo hay padres que dan ese ejemplo a sus infantes, sin caer en la cuenta de la enseñanza que proporciona el Gobierno al que pertenece en materias como, entre otras, la honradez y la verdad. Igual lleva razón que la mejor educación para los jóvenes es agachar la cabeza y buscar, como único objetivo vital, el beneficio propio pasando por encima no de las vías sino de sus semejantes. Por supuesto, de los escolares que tienen sembrado de minas su colegio en El Llano ni siquiera se ocupó. Es más beneficiosa la contaminación del desarrollo salvaje que la contaminación del inconformismo. Lamentablemente, aunque en la Región de Murcia estamos a la cabeza en colegios privados me temo que todos vamos a terminar en la vía, buscándonos la vida.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 17 de septiembre de 2017

domingo, 10 de septiembre de 2017

Abre la muralla

Tanto esperar y no sólo no lo soterran sino que nos construyen un muro que aisla aún más al extrarradio. Cuestión de billetes, los mismos que separan a los ciudadanos en función de si pueden tomar o no el AVE. Toma que toma y, a nivel oficial, promesas de que todo se retoma en un infinito bucle amurallado. Quedamos a la espera del ingenio de los ingenieros, las subcontratas y, ante todo,  del mando de ADIF, tan rápido en buscar apaños y atajos de imposible recorrido. A ver qué maravilloso parapeto erigen, un pantallazo que igual es ideal para acompañar los proyectos de alta velocidad que España intenta vender a la Meca y a Estados Unidos. Si los amigos de Israel tienen ya el muro de las lamentaciones; justo es que Arabia, allá o alá, tenga otro igual que, procedente de Murcia, esté salpicado, asimismo, de sollozos y llantos por los múltiples cabezazos que llevamos en  la larga penitencia del AVE. Y qué decir de los puntos que ganaríamos ante Trump si le presentamos un AVE con un muro incorporado. Ya saben, Murcia como campo de ensayo, tal y como fue Guernica e inmortalizó Picasso a través de otra ave. Enterramos la muralla que rodeaba Murcia, en una actuación vergonzante contra nuestro patrimonio, y levantamos pantallas de metacrilato para enterrar a Murcia. En eso consiste el progreso, encarnado por un AVE en cuya construcción, realmente, hay personas que han progresado y, por ello, están cerca de ir a la cárcel. Ya lo tenemos claro, no será ni la fortaleza de Murcia ni tampoco la muralla de Ávila, que integra a toda la ciudad. Tampoco la China, saltada inteligentemente por los productos hortofrutícolas murcianos. Más bien se asemejará a los bidones oxidados y sacos terreros que parten en dos Nicosia, la capital de Chipre. Allí, los casos azules de la ONU evitan el enfrentamiento. Aquí, un reducto de valientes vecinos mantienen las antorchas en alto desde su campamento, mientras la inmensa mayoría prefiere seguir en el andén, ajenos a cualquier viaje que exija, como única maleta, el compromiso.  
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 10 de septiembre de 2017.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Bajo el mar

Como la pescadilla que se muerde la cola, el fin del homo sapiens, si todavía queda alguno, será volver al mar en forma de pez. Nos sumergiremos en la oscuridad, si es posible superar la que padce un mundo enganchado a la red de la postverdad. Perderemos las extremidades –que tanto juego dan en las tertulias postatentado_ y a rastras, como ya se mueve la mayoría tenga nómina o no, daremos el último paso hacia el fondo. Bajo el agua, ya no habrá más móvil que la pervivencia de la especie, afanándonos en crear bancos de pececillos como única inversión de futuro. Lejos quedarán otros bancos, como los del agua u otros supuestamente más sólidos, que permitieron la supervivencia en una tierra ya convertido en un desierto que ardía por sus puntas, como las que se propagaba desde el sureste español. Los laboratorios alimentarios a los últimos de la especie humana, que mantuvo su primacía a pesar de la revolución robótica. Tras unos siglos donde el gen del emprendedurismo alumbró el tercer sexo, aquel que se lo hacía todo a uno mismo en los más diferentes e innovadoras posturas, los hombres y las mujeres se convirtieron en residuos sin fecha de caducidad merced a los implantes y trasplantes que los mantenían como reliquias del pasado. A la hora de la ya obligada siesta, el canal único del trasnochado televisor mantenía los documentales que revivían paisajes ya imposibles. Aquel que fuera capaz de mantener los ojos abiertos ganaba los únicos minutos de desconexión permitidos, pues el Gran Hermano ocupaba todas las retinas y mentes. Hasta de Google se había borrado cualquier referencia etimológica y política de la democracia. Las masas, convencidas de que era inútil el compromiso porque todos los políticos eran iguales, habían tirado la toalla sin saber que la misma serviría para atársela al cuello. Entre proclamas xenófobas y fascistas surgió un salvador que se hizo con todo el planeta, llevándolo a la deriva. Felices fiestas.

NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 2 de septiembre de 2017