Son gigantes
Bienvenido a mi mundo amigo Sánchez. Me alegro que la
lectura de los programas electorales y de las encíclicas papales, más el trastabillo
que recibiste en la última lid en el campo de batalla de los municipios y de tu
autonomía, te hayan sido tan provechosos como a mí el disfrute de los libros de
caballerías. Has tenido que caerte del burro, empujado por los queOS creías
enemigos, para armarte de valor y compartir ahora el reto de vencer a la cruda
realidad para dar a luz a los mejores ideales. Mira ahora conmigo la inmensidad
de esos gigantes, embrutecidos por el desprecio de los que son tus
correligionarios. El que se llama pobreza apenas tiene dientes, pero refleja
nuestro peor rostro y triste figura; observa el que se denomina desigualdad,
cuyos efectos amenazan todo nuestro Estado de Bienestar; y no te digo yo el que,
al grito de corrupción, se revuelve con furia para acabar con los cimientos de
la democracia. Enfúndate de este yelmo y toma prestada mi espada mientras yo
mantengo en alza la lanza. No tenemos más armas ni adargas, pues las alforjas
no sólo están vacías sino roídas por las deudas. Soy consciente de lo difícil
que es para un diestro empuñar la izquierda, difícil y peligroso a ojos de la
religión, pero merece la pena el
esfuerzo si te espera el reconocimiento y el amor de nuestras dulcineas. Desecha
de una vez los refranes populares y abre la mente a nuevas aventuras y
andanzas, amigo Sánchez. En este lugar de Murcia, donde nos cubre una inmensa
mancha, la ilusión y la voluntad de cambio es suficiente para iniciar el camino.
Nuestro enemigo es el duro día a día, pertrechado con el olvido y menosprecio que
siempre ha sufrido esta tierra, pero seremos capaces de levantarnos una y mil
veces si lo que nos mueve es el bien común, no el interés particular de los que
bien conoces.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 6 de julio de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario