Pronóstico reservado
No desesperen. Durante esta semana ha salido a la
luz una
investigación de una universidad pública alemana que camina con paso
firme
hacia la creación de una vacuna universal contra el cáncer. Sí, pública.
No sabemos si será efectiva contra todo tipo de cánceres, incluidos los
que cercenan nuestra convivencia o generan metástasis en todo el
sistema. En
Murcia, como en el resto de España, apenas si invertimos en laboratorios
y en
educación, pero no nos gana nadie en generosidad a la hora de ceder
nuestros
órganos a quien lo necesite, igual que en ver emerger personas de la
talla del
doctor Parrilla o Cavadas. No tenemos dinero para investigación, pero
somos los
primeros en trasplantes. Un orgullo que puede convertirnos, trasplante
tras
trasplante, en organismos unicelulares. Esto es, con una única célula,
que
espero sea la que todos pensamos, pues luego ya no podrán siquiera
imaginarlo al
no llegar ni a vegetales. No sé si ustedes denotan ya que caminamos
hacia esa
fase. Si aún creen que la principal capacidad del ser humano es la de
pensar,
dense un bañito en el Mar Menor. Mar Menor ahora. Muy pronto, Mar Muerto
si el
nombre no está registrado. Si observan, de una forma u otra todo empieza
por M.
Siglos llevan las asociaciones de vecinos y los ecologistas clamando en
el
desierto sobre los atentados a esta singular
y, sobre el papel mojado, protegida laguna. Ya herida de muerte. Años llevan
otros presionando urbanísticamente la zona, rechazando de forma airada una
moratoria de la construcción hace escasas semanas. Ahora algunos abogan por un
bypass para reducir la dieta de nitrógeno mientras las administraciones se
llevan las manos a la cabeza tras décadas mirando para otro lado. Pío pío que
yo no he sido, mientras el Mar Menor expira. La medicina para intentar la
reanimación no puede ser otra que invertir en investigación, educación y medio
ambiente. Para ello hace falta que todos, primero, resucitemos; ya que los
análisis vaticinan que una inmensa mayoría votará a los que recetan bajada de
impuestos. Aunque sordos, escucharán los cantos de sirena de los que sacrifican
todo a la economía, incluso la vida.
La Opinión de Murcia / NOS QUEDA LA PALABRA, Contraportada 4 de junio
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