domingo, 9 de abril de 2017

Vía Crucis
I.                   Primera estación. Como sea la de Renfe en Murcia el calvario empieza pronto, aunque al menos no pasaremos del suelo porque no hay peligro de soterramiento.
II.                Segunda estación. Si seguimos con la de autobuses de Murcia el camino se  empina aún más.
III.             Tercera estación. Los presupuestos nos traen contrición, pero no perdemos la esperanza, tal y como se demuestra en cada cita electoral.
IV.             Cuarta estación. La nueva presidenta del PP de Valencia pide “justicia para mi tierra” a Mariano Rajoy tras ser elegida. Nosotros preferimos la fe y el silencio propio de estas fechas, aunque el martirologio se premie después de muerto.
V.                Quinta estación. El presidente del Gobierno comienza a recordar cómo se pronuncia Murcia tras 45 días de amnesia.
VI.             Sexta estación. Percibimos que fuera de Trapería y la Gran Vía hay vida. Tanta vida que, incluso, pretenden resucitar el Mar Menor. Dios les oiga.
VII.          Séptima estación. Agricultores y vecinos unidos por el medio ambiente. Esto sí que es un cambio climático.
VIII.       Octava estación. El que también ha resucitado es Zapatero, que ha dejado el testigo como demonio al tripartito.
IX.             Novena estación. Tripartito no, pero yo no voy a renunciar a la tarta de tres chocolates.
X.                Décima estación. El Papa dice que el mejor ayuno de Cuaresma es pagar salarios justos, en blanco y cotizando a la Seguridad Social, que los mercaderes no entrarán en el reino de los cielos por muchas oraciones y donaciones que realicen.
XI.             Décimo primera estación. Al conflicto de Murcia le ha sucedido el de Gibraltar. Dos temas rocosos, sin duda.
XII.          Décimo segunda estación. Algunos humoristas nacionales exclaman socarronamente que cambian Murcia por Gibraltar. Aquí no hay picardos, pero sí pícaros y picardías y no sólo en Lorca y Abarán.
XIII.       Décimo tercera estación. ¿Será todo postverdad?
XIV.       Décimo cuarta estación. Vacaciones. Amigos, libros, cañas, playa, montaña.
Nos hacen faltas unas vacaciones como Dios, pero no se preocupen que será un mero paréntesis en nuestra apasionante actualidad. A vivir que son dos días, así que bájense en la última.

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