A la sombra
Lo intenta, pero cada vez se lo ponían más difícil. Será el último año que
aguante con corbata hasta el 40 de mayo. Hace tiempo que cambió las chaquetas,
pero sabía que sería penalizado en el trabajo si abandonaba la mortaja. Había
descontado ya que este verano aumentaría la protección solar hasta 30, cuando
él era reacio siempre a la pegajosa loción e, incluso, al jersey que le
protegía en su camino a la playa. De igual forma, había avisado ayer al
instalador para ampliar el aire acondicionado a toda la vivienda; donde hace
tiempo, tanto como la burbuja, que no se percibía la brisa que le animó a
comprarla. Al capataz hace un mes que le telefoneó para que no se cortara a la
hora de pinchar en el pozo ilegal para sustraer agua, pues la sequía
climatológica y la que padecen los mandatarios murcianos amenazan la
supervivencia de su negocio. Eso sí, ya no le daba ningún tipo de impresión inaugurar
la temporada de baño. Tampoco temía toparse con algún ser vivo, incluido los
inmigrantes, en el Mediterráneo. No echaba de menos los contenedores de colores.
Y, por supuesto, le quedaba muy lejos el Amazonas o el hundimiento progresivo de
La Manga, por no hablar de Garoña o Chernobil. Al igual que el primo del
chismoso de Mariano; él tenía un cuñado que, desde Suiza, le había explicado
que el mundo civilizado no podía competir con los chinos y los indios si no se
rebajaban las exigencias medio ambientales. Ahora, con EEUU dinamitando el
Acuerdo de París; esperaba que España bajara aún más los brazos o sólo los subiera
para taparse la nariz. Por el momento, Rajoy no está con sus homólogos, que se
los han llevado a la cabeza para mostrar su alarma ante el radiante y rallante Trump.
Manda la economía, la producción y el trabajo basura, no sólo medio
ambientalmente hablando. Para los que son como él -que está convencido de que
el cambio climático no afecta a su vida diaria y de que siempre hay que
situarse al sol que más calienta- no habría mayor catástrofe que la política
mande sobre la economía. Qué ciudadanos concienciados sean capaces de evitar
que algún tecnocrata o truhan dé al botón para salvarnos.
NOS QUEDA LA PALABRA
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