domingo, 3 de junio de 2018

Discriminadas de hecho
Veinte años después de que se aprobara la primera ley de parejas de hecho en Cataluña, Murcia ha dejado de ser la única Comunidad Autónoma huérfana en su regulación. Celebremos la aprobación por unanimidad en la Asamblea Regional, pero tampoco tiremos demasiados cohetes porque la noticia denota nuestro nivel de derechos y libertades. Cerca de 50.000 parejas murcianas estaban discriminadas con respecto a sus homólogas del resto de España.  Ellos y ellas no son números y por ello no son importantes. Si se pudieran medir en magnitudes económicas pues les hubiéramos suprimido los impuestos, facilitado la contratación a la carta de trabajadores o la agilización de los trámites de todo tipo. Si no fuera por su capacidad de compra, estudiada con lupa por las depredadoras agencias de publicidad, no tendrían ni la más mínima consideración. Ahora, la nueva ley, que entrará en vigor en julio, reconoce que las parejas de hecho tendrán los mismos beneficios, prestaciones sociales, derechos, obligaciones y tratamiento fiscal que el resto de matrimonios residentes en la Región. No ha sido fácil. La lucha por los derechos civiles se prolonga a lo largo de los siglos y aún hoy hay quien pregona en Murcia y desde el púlpito que la educación en los colegios es privativa de la Iglesia. Invocan, incluso, la Constitución para arremeter contra aquellos que divulgan la diversidad sexual cuando la carta magna establece la igualdad y la no discriminación. Incluida la no discriminación por sexos en las aulas, que constituye un anacronismo impropio de cualquier país occidental. Cuánta falta hace de abrir las ventanas, que corra el viento de la tolerancia y de la libertad, impulsando los valores de la pluralidad. Somos iguales, somos diferentes. También en Murcia, donde sólo queremos ser reserva de la convivencia plena.
NOS QUEDA LA PALABRA. La Opinión de Murcia 3 de junio
NOS QUEDA LA PALABRA. La Opinión de Murcia 2 de junio.

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