sábado, 13 de abril de 2019

Políticos

Ahora que en el Parlamento va a haber de todo menos políticos es tiempo de salvaguardar esta especie en extinción. Como fiel defensor de las causas perdidas y en plena vorágine animalista, déjenme que muestre el cariño hacia los que más sufren el descrédito, desprecio y despotrique por el conjunto de la ciudadanía, convirtiéndose en una cacería, por supuesto, nacional. Qué contento se pondría Franco y otros caudillos fenecidos en la cama si vieran que, como nos inculcaron e inocularon, nadie quiere ser político. “Yo no soy político” es el lema que con orgullo han llevado algunos dirigentes murcianos que han ocupado insignes sillones. Hoy no hay grupo de wassap, senderismo, vecinal, económico o cultural en el que no esté prohibido hablar de política...como en los tiempos de la dictadura. Incluso en los propios partidos políticos sus afiliados se guardan mucho, quizá más que en la clandestinidad, de mostrar su carnet para no caer bajo la guadaña de cualquier cuñado. Aquellos que con una mano sacuden a la clase política porque, a su juicio o prejuicio, no hay ninguno bueno y con la otra votan la opción que ustedes imaginan. Son los mismos que silencian cualquier opinión de los que nunca la han podido hacer pública cuando son ellos los que tienen más que callar. Te acusan paradójicamente de estar siempre pensando en clave política si osas ponerse en su mismo plano. Y no dudan en añadir el calificativo “política” a cualquier acción para menospreciarla. “No voy porque es una manifestación política”, exclamaban algunos avezados diputados y diputadas para, por ejemplo, declinar su presencia en las protestas feministas del 8 de marzo. Bienvenidos pues a los militares, toreros, banderilleros, futbolistas, plumillas, baloncentistas y demás cuadrilla. No les diré yo que en la Semana Santa y las Fiestas de Primavera que se aproximan, festivas para una gran parte de Murcia, vaya a pensar mucho en política por mucha campaña electoral que sea; pero no perderé mi condición de ciudadano de la polis, capaz y consciente de saber que no todos son iguales ni que el Parlamento es un circo, donde los únicos animales que al parecer sobran son los políticos.
Nos queda la palabra / 13 de abril. La Opinión de Murcia.

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