sábado, 4 de mayo de 2019

Sola
Ya había encargado la tarta. Hace una semana o algo más avisó a Sor Inés que este año su cumpleaños coincidía con el Día de la Madre, por lo que esperaba la visita al Hogar de Pensionistas de Alcantarilla, donde ahora respiraba, de sus tres hijos y cinco nietos. Para ellos, lo que más quería, tenía reservado el dulce y otros regalos que, amablemente, le iba a traer el panadero que suministraba al centro. Quería rememorar el sabor de aquellos domingos de arroz y conejo que siempre acababan con una tortada; exhausta tras preparar todas las viandas, pero feliz de ver los mejores frutos de su vida junto a su recordado marido. Días de fiesta con cientos de fotografías que atesoraba en su mesilla de noche y que, instante a instante, repasaba mentalmente cuando le entraba la ansiedad por encontrarse sola. Este es mi Juan; mira mi hija mayor qué guapa y qué me dices del trasto de mi nieto, haciéndome burla cuando apenas contaba con dos años…describía al resto de las moradoras ante su mirada indiferente y perdida. A ellas también las invitaría. Eran su nueva familia por elección propia, tal y como les repetía a cada oportunidad posible. “Yo estoy aquí porque quiero”, exclamaba a cada queja que recibía en su paseo diario por el umbrío patio interior. Iría también a la peluquería tras escuchar la primera misa a las 8 de la mañana, cansada ya de dar vueltas en las, cada vez más largas, noches. Se pondría su mejor hato y vestiría su mejor sonrisa. Iba a ser un día inolvidable en aquel infierno de la desmemoria. Sentía una punzada en el corazón cuando a su voz no llegaba el nombre o la fecha de unos momentos ya nebulosos. Recuerdos que se iban desprendiendo como hojas del calendario. Hoy, de cualquier forma, nada ni nadie le iba a estropear el reencuentro, los besos y abrazos que recibiría como muestras del amor más sincero. Ya se abre la puerta. Ya llegan. Un gran ramo de rosas, sin espinas, porta su nieta pequeña. Cae su primera lágrima, que hoy son de felicidad plena.
(Dedicado a todas las madres y especialmente a Juana).

NOS QUEDA LA PALABRA. La Opinión de Murcia 4 de mayo de 2019.

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