jueves, 3 de abril de 2014

Camina o revienta
Filípides recorrió en realidad 225 kilómetros para pedir refuerzos, aunque lo que quedó en la memoria colectiva es que “sólo” fueron 42,2 kilómetros desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria persa, quizá por la escritura interesada de algún periodista de la época. En cualquier caso, hizo un montón de kilómetros por un motivo. Creo que hasta el pobre idiota de Forrest Gump se pegaba unos palizones tremendos por una causa. Un filósofo más cercano, como Punset, reconoce el mérito del ya imprescindible footing, running o jogging (en inglés engorda más el ego), pero también advierte que hay que ejercitar la mente. Yo, que sólo soy un observador y miope, diría que antes de nada hay que preservar la condición humana y unos servicios básicos, de la que carecen, por encontrarse en situación de pobreza, 13 millones de personas en España, según las cifras revolucionarias que dio ayer a conocer Caritas. A mí me sonrojó que, como cada domingo, el móvil y el ordenador se me llenara de mensajes con la carrera popular del día -exhibiendo cronómetro, tensiómetro y zapatillas de diseño- sin que ninguno de ellos participara en la marcha del día anterior, cuyos participantes no buscaban adelgazar sino dignidad. Unos, que se creen eternos, gozan de prestigio, mientras a los otros, a los que la sociedad y los medios consideran desarrapados por reclamar pan, trabajo y un techo, no cesan de ponerles obstáculos. Ya sé que no es incompatible, pero no son pocos los que equivocan las metas.

NOS QUEDA LA PALABRA / Publicado en La Opinión de Murcia el 28 de marzo de 2014.

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