viernes, 20 de septiembre de 2013

Apeados
Como en otros tiempos, el tren y el avión no sólo llevan retraso sino que salieron de cuentas hace décadas. Tantos anuncios propagandísticos anunciando que iban a salir a la luz y aún permanecen en el más oscuro túnel de los incumplimientos, abortados por la incompetencia. Y ya es conocido qué ocurre cuando no se coge el tren a tiempo, que no se avanza. Llegan tan tarde que incluso han superado el futuro, pues las teorías actuales aconsejan una comunicación ferroviaria de cercanías para articular el interior y aeropuertos, pero no necesariamente al lado de casa, para los viajes a mayor distancia. A trancas y barrancas, con las traviesas de la palabrería hueca siempre presente, el AVE recalará en Murcia cuando ya se buscan alternativas por su bajo uso ciudadano; mientras la apertura de un aeropuerto nos aparece casi como extemporáneo, pues ya no se cortan cintas, y más si nos va a costar sangre, sudor y lágrimas. Es como cuando la bicicleta no nos llegó hasta los 22 años…tras toda la vida pidiéndoselo a los Reyes Magos.  Y hablando de dar pedales, sonroja que Murcia intente aparecer como abanderada de la bicicleta cuando otras ciudades caminan a años luz en el uso ciudadano de las dos ruedas. Tan llana, y con un tiempo inigualable para la práctica del ciclismo, Murcia camina descolgada. Como en todos los tiempos.
Nos queda la palabra  / LA OPINIÓN

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