domingo, 13 de noviembre de 2016



Estamos hundidos

Los mismos que, para justificar un recorte chino en tus libertades o en tus salarios, se escudan en la globalización son los que ahora, a pecho descubierto, se encogen de hombros para mostrar su indiferencia por el triunfo de Trump. Te esgrimen el célebre relato de la mariposa cuyo aleteo desde Pekín deja tiritando tus derechos, pero a ellos no se les altera un pelo del aznariano bigote por la noticia que heló el mundo en el no menos famoso martes de noviembre…que ríete de halloween. A mí no me va a afectar el bolsillo, resumen. No caen en la cuenta, que es lo único que les importa, que la victoria del susobicho certifica la teoría del caos que encarna el lepidóptero. El efecto mariposa es el cambio que se origina en un sistema dinámico de caos, como el que vivimos. Y menudo mariposón nos ha caído encima. Esperemos que no se convierta en efecto dominó sobre nuestras democracias occidentales, pues hasta perderíamos París. Tal ha sido el temblor ocasionado que -aprovechando las circunstancias y que en algunos temas estamos curados de espanto- ADIF ha comunicado a una vecina murciana que nos vayamos olvidando del soterramiento y quizá del propio AVE que, como tal, puede ver alterado su vuelo por el de la jodida mariposita. Por el contrario, si los americanos se empeñan, y no hay mayor norteamericano que Trump a pesar de su procedencia, la negación del cambio climático y de cualquier tipo de contaminación sobre nuestro planeta supondrá la inmediata regeneración del Mar Menor y la salvación de La Manga. Además, gracias a que abortará los primeros pasos de una sanidad para todos en Estados Unidos es probable que recibamos más turistas de aquellas latitudes buscando nuestra atención hospitalaria. Atención que nosotros vamos a necesitar cada vez menos porque, al cerrar las fronteras de su gran nación, tendremos que comernos las frutas y hortalizas que ahora les vendemos. Y aún mejor, si rompe los acuerdos nucleares con Irán o decide apretar el botón nos iremos todos a la mierda, que es lo que han votado allá y, como fieles aliados, aquí nos tragaremos. Qué aproveche, especialmente a aquellos que se alegran o justifican este menú único.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 13 de noviembre de 2016.

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