sábado, 23 de marzo de 2019

Amarillo
Está claro que esta primavera se lleva al amarillo. Amarillo limón que estamos en Murcia. No hay color que dé más que hablar o que la actualidad exprima más. Sobre todo en Francia, donde la protesta de miles de chalecos “jaune” fluorescentes ha iluminado un diálogo que, promovido por Macron, se ha saldado con 10.300 reuniones y más de un millón y medio de sugerencias en la red. Aquí se monta gorda si se anuncia la creación de una mesa para intercambiar opiniones los que lucen los lazos… amarillos. En esta parte de la frontera el debate se convierte en rebote…golpes de unos contra otros con gruesas acusaciones entre los defensores de la palabra y aquellos que sólo pronuncian el número 155. Y, por supuesto, nada de dar coba a los intelectuales como se ha hecho en Francia pues aquí cualquier expresión altisonante puede causar cárcel o excomunión. En el país galo cinco han sido las propuestas mayoritarias de los ciudadanos para coser las costuras, a punto de romperse cada sábado: subir las pensiones en función de la inflación; reducir el IVA; aumentar el salario mínimo; recortar el número de parlamentarios y gravar impositivamente a las grandes fortunas. No sé si les suena. Allí en Francia suena más, cling cling, porque tanto en pensiones como en salarios están a años luz de nuestras prestaciones. Somos muchos los que lamentamos el resultado de la Guerra de la Independencia que, a tenor de lo dicho, parece continuar pues en España hay quienes no cesan de bombardear lo que ahora defiende el país vecino, como unas jubilaciones y un salario mínimo digno, así como una reducción del IVA o de los impuestos indirectos que, con independencia de la riqueza, pagamos todos. Los mismos que, con las mejores armas, preconizan la desaparición del impuesto de patrimonio y de sucesiones, cuando no dibujan sobre el campo de batalla un paraíso fiscal en el que se remata a las víctimas.
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión de Murcia 23 de marzo.

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