miércoles, 17 de octubre de 2012


De vértigo
Como el helio, los helados recortes evaporan nuestra existencia, despojándonos de toda condición de ciudadano. El despegue se inició allá por mayo, cuando hace la calor, de la mano del que en aquel momento mecía la cuna, que nunca nos iba a hacer daño. De un plumazo, el nuevo Jefe de la Nada nos propulsó a la estratósfera soltando lo que él considera lastre y nosotros derechos sociales. Puestos ya en órbita y en esa capa del universo, los recortes, evidentemente, son estratosféricos y no faltaron otras manos para lanzarnos, ya sin globos sonda ni de otro tipo, al vacío.  Desde las más altas cuotas de la miseria, en los primeros dos minutos de descenso a cuerpo, cuando se rompieron todas las barreras y ecos del Estado de Bienestar, se escuchaba en alguna Comunidad Autónoma como algún consejero reclamaba más turismo una vez cerrados, en la práctica, sus principales museos; o defender la agricultura tras enladrillar todas las tierras de cultivo; o defender la sanidad y la educación cerrando plantas y masificando aulas; o apostar por las energías alternativas en medio de los apagones y ataques a la fotovoltaica…¡Qué mareo! En plena caída, esto no hay quien lo pare. Una misión imposible. Puede que la Unión Europea, alelada ante las fuertes presiones de nuestro amo del universo, nos preste una desgastada alfombra para el aterrizaje, donde envolverse antes de tragar tierra.

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