FELIZ DAÑO

Sostiene un amigo que la vida te va cambiando a mejor y sin giros de 180 grados. Algunos, sin embargo, han pasado del día a la noche. Tanto que si estuviera en la oposición, como hace algo más de un año, no dudaría en pedir la dimisión, repetidamente, de un Gobierno como el que él preside ahora, negándole cualquier legitimidad por incumplir su programa y llevar a España a la más absoluta pobreza y caos. Hoy nos felicita la navidad desde la Moncloa pidiendo comprensión y exclamando Feliz Daño. Ni una de las bondades del prospecto con el que se presentó las ha aplicado, convirtiendo el bienestar prometido en un malestar, que él mismo reconoce y nos ofrece para el nuevo ejercicio, con los seis millones de parados como propósito que, en este caso, sí cumplirá. Aunque no faltan los masoquistas a la sombra de los integristas, son multitud los ciudadanos que presentan cada día sus hojas de reclamaciones en forma de manifestaciones y huelgas, pero quizá ha llegado el tiempo de defender que aún estamos en periodo de garantía. Que cualquier producto defectuoso, que funciona, desde el inicio, al contrario de lo que indican las instrucciones y el sentido común, pueda devolverse antes de dos años. Qué nos restituyan el voto, que el dinero, ya se sabe, está en manos privadas tras esquilmarnos, dejarnos helados. 

Viñeta de El Roto (El País 30 de diciembre de 2012)