jueves, 6 de diciembre de 2012



Hermanos al rescate
En los años en los que no se ponía el sol, España llevaba la cruz allende los mares y se traía piedras preciosas y otros ricos tubérculos. Siglos después, seguimos teniendo multitud de cruces y calaveras sin carabelas, mientras ellos nos enseñan sus mejores artes, aunque les miremos por encima del hombro o les mandemos callar. Rememorando aquellos tiempos gloriosos, el regidor de Murcia ha cruzado el charco para, en representación de la vieja Europa, enseñar a aquellos indios a organizar el tráfico y el transporte público en la denominada Cumbre de Bogotá de Ciudades y Cambio Climático. Imagínense si México DF, con 9 millones de habitantes, adopta el ejemplo de una ciudad donde, como en Murcia, con menos de 500.000 habitantes, existen autobuses de varios colores (naranjas, amarillos, rojos…) y empresas (en conflicto permanente con impagos, denuncias y despidos), líneas inconexas, caros billetes, carriles bicis que se interponen por aceras y carreteras, y un tranvía, descoordinado con todo, que aleja a las personas del centro sin ningún sentido, que sólo sirve al gran empresario que lo deseó. Una ciudad donde, como en Murcia, los concejales viajan en los autobuses con hojas de reclamaciones obligando a los usuarios a plantearla. Esa es la enseñanza que hemos llevado a nuestros hermanos latinoamericanos. Por el contrario, el nuevo mundo que asistió a la cumbre hispanoamericana de Cádiz nos ha mostrado una mujer, la brasileña Dilma Rousseff, que nos intenta convencer de que la austeridad, que ellos aplicaron hace tiempo, no produce, como estamos sufriendo ahora, ni crecimiento ni empleo ni corrección del déficit. Una clarividencia que demuestra que no todas las mujeres al frente de un Gobierno son iguales. El ecuatoriano Rafael Correa, por su parte, se reunió con sus compatriotas en Murcia para el acto de “rendición de cuentas”, una iniciativa a favor de la transparencia –en cuyo índice Murcia ocupa el último lugar- que demuestra que no todos los hombres al frente de un Gobierno son iguales. En fín, si nos expulsan de Eurovisión, como amenazan a Grecia, siempre nos quedará la OTI, donde nos recibirán con los brazos abiertos, hermosos colores y algo que mascar. 

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