Saltimbanquis

A la desobediente y muy acertada petición de la ministra Ana Mato para que se retire el católico y catódico, por la energía negativa que transmite, libro “Cásate y sé sumisa”; le ha seguido, sorprendentemente, otra solicitud de la misma índole por parte de su ínclito compañero de Interior. Adelantándose a la Real Academia, que ya ha anunciado que en uno de estos siglos revisará el diccionario para disminuir su sesgo machista, el dicharachero Jorge ha decidido reducir la carga peyorativa de la concertina sobre el concertino. Según la RAE, el concertino es el violinista primero de una orquesta; mientras la concertina ha saltado, con perdón, a la palestra como sinónimo de cuchilla. Expertos en afilar las tijeras, el Gobierno ha concluido, tras el preceptivo informe encargado por el primer cuchillero para determinar si las cuchillas cortan o no, que las concertinas aplican un suave masaje al que entra en contacto con ellas, similar al que nos proporciona la música del violín, cuyas cuerdas, en realidad, simulan vallas. A salto de mata, y tanto que mata, el Gobierno ha traspasado todas las fronteras del disparate, aunque sólo queda esperar a mañana para comprobar que ellos sí que son insuperables.
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