sábado, 30 de noviembre de 2013

No tan jóvenes
“La experiencia está sobrevalorada” comenta Carlsen, el exultante joven campeón del mundo de ajedrez, que pasó su infancia en Mérida, ciudad creada por Octavio Augusto para servir de retiro a los legionarios romanos. Este figura olvida que el propio juego es fruto de la experiencia, que demostró la inutilidad de las guerras. En este tablero en blanco y negro donde sobran manos que nos mueven mientras pasa el tiempo, han surgido en Murcia un grupo de opinión senior y otro de jóvenes. Los insignes jubilados se autodenominan “espectadores”, un error porque ellos, desde un principio, han decidido seguir jugando para vindicar las necesidades de nuestro Reino. Estas torres están sólidamente asentadas y han perdido parte del movimiento. Frente a ellos, la camada juvenil ni siquiera se ha puesto nombre, ya que lo único que les interesa es cabalgar cuanto antes sobre las instituciones y organizaciones económicas y sociales de renombre. Sólo buscan cambiar ficha sin más, sin pensar en aperturas de ningún tipo. Antes al contrario, desprovistos de sueños, les gustaría enrocarse para seguir, con más ahínco, defendiendo una sociedad de reyes y de peones, donde muy pocos lleguen a la otra orilla para cambiar de condición. No es que sea otoño o el tiempo, que todo lo puede, me sitúe a un lado o a otro de la trinchera; es que esa juventud no es la de Miguel Hernández, la que siempre empuja, poniendo en jaque a la injusticia. 
NOS QUEDA LA PALABRA / La Opinión 29 de noviembre

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