miércoles, 29 de enero de 2014

Un respiro
Buscando cualquier tímido rayo de sol, los jóvenes tumbados en el césped natural, de un jardín ya perdido, se acurrucan como si en Murcia hubiera invierno meteorológico. Viven el presente. Es su sábado de felicidad con el cerebro únicamente centrado en sus instintos básicos. El sol y el trino de unos pocos pájaros ayudan. También el silencio. Con las manos entrelazadas, el cielo refleja el azul más bello, inmaculado como no se suele ver en estos lares. A través de su piel, acompasan su respiración. Arriba y abajo. La naturaleza es sabia. Abren los ojos y se miran. No necesitan más…ni siquiera el móvil que les está mancando en el bolsillo. Ella y él, solos en la isla verde, disfrutando de un paréntesis. Sonríen al darse la vuelta. Su brazo se extiende por su espalda. Miran ahora los bichitos que caminan, absortos, por la hierba. A lo lejos queda un horizonte repleto de nubes, que esquivan con los primeros planos de la tierra húmeda. Notan como el planeta se mueve al ritmo de sus caricias, sin más centros que su universo. Al observarlos, unos zapatos lustrosos lamentan cómo pierden los jóvenes el tiempo. Hoy es sábado en Murcia, el sol alumbra y unos jóvenes en el parque juegan a no hacer nada, anudados como en la proa del Titanic antes de su hundimiento, atragantándose del aire fresco y límpido de la mañana, repleto de libertad y de sueños. 
NOS QUEDA LA PALABRA / Publicado en La Opinión de Murcia el 24 de enero.

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