¿Es el enemigo?
“Es el enemigo, qué quería desde aquí, desde la trinchera del Estado de
Bienestar, decirle una cosa…qué estamos en Navidad y a ver si fuese posible que
hoy cesasen las hostilidades y no celebraran ustedes el Consejo de
Ministros…verá usted es que nos han bombardeado a los veteranos, condenándoles
a una pensión que disminuirá aún más conforme vayan cumpliendo batallas; a los
adultos de la reserva también los tienen dinamitados sin rancho y sin subsistencias
tras la escabechina que ha causado la reforma laboral; a nuestros soldados
jóvenes no hay quién les pare en la frontera por su inacción, no quieren saber
ya nada de nosotros; a los niños nos han obligado a instruirlos para que primen
lo material sobre lo ideal, para que sean como ustedes; y, por si fuera poco,
hasta a los no nacidos les están tocando ustedes las narices, condenándoles a
una existencia indeseada”. ”Perdóneme,
que no he acabado, también tenemos destrozadas todas nuestras columnas
vertebrales, como son la educación, la sanidad y la atención social a los
heridos que más lo necesitan”. “Si ya sé que ustedes se deben a quien se deben,
pero miren a ver si es posible una tregua…y después de estas fiestas pues sacan
ustedes el camión botijo para reprimirnos, los tarifazos, las leyes mordazas,
el tasazo en la justicia y el resto de balas que tienen en la recámara…pero
como diría su comandante, siempre tan locuaz y certero, la Navidad es la
Navidad”.
NOS QUEDA LA PALABRA / 27 de diciembre de 2013 en La Opinión
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