martes, 30 de julio de 2013

De vía estrecha
Mientras el resto del mundo transita ya recto hacia la recuperación, Europa se encuentra inmersa en una curva crítica, sin frenos y a toda pastilla, las que nos tomamos el conjunto de sus ciudadanos para evitar algo más que el mareo. Al frente del tren continental europeo se sitúa, como no podía ser de otra forma, la locomotora alemana y a su volante la maquinista Merkel, cuyos “despistes”, alentados por la ausencia de señalizaciones y de revisores, han dejado por el camino, descarrilados, los vagones griegos y portugués, aunque es verdad que eran de tercera. Los de segunda no se libran de los vaivenes, tan fuertes que sus viajeros ya están pensando en saltar del tren en marcha pues observan como su equipaje de hace más ligero a velocidad de vértigo. Sin mirar hacia atrás, con lo que nos enseña la historia, la canciller corre y corre el peligro de quedarse sola al grito de “más madera”. Esto, efectivamente, es la guerra.
Y de algunos regionales mejor no hablar.
EL PAJARITO

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