De bote en bote

A la espera de la emocionante ruleta de “pasapalabra” de Bárcenas, que supera todos los botes conocidos; en la Región de Murcia tampoco andamos huérfanos de paquebotes, cruceros y navíos que navegan por las procelosas aguas de la corrupción. La inmensa mayoría, sin embargo, estamos con el flotador y los manguitos, hartos de mangantes. Con los políticos empantanados, son múltiples las voces que llaman desesperadamente a socorristas tecnócratas. Ya saben, aquellos que antes de tirarse al agua evalúan si económicamente merece la pena el rescate. Y vaya que se les sale rentable el supuesto salvavidas que nos han echado al cuello. Son los mismos que también miran hacia otro lado cuando se trata de condenar un golpe de Estado, lo que me trae a la memoria años remotos, inmediatamente posteriores al hundimiento del Maine en Cuba, que lo desencadenó todo. Una artimaña de EEUU en los tiempos en los que España aún tenía colonias e indios. Ahora los dos, España y EEUU, luchamos unidos contra los malditos indios, que no se dejan invitar a un café ni abordar  cuando lo realmente grave es que, como todo el mundo sabe y conoce, pueden esconder en uno de sus asientos al temible Snowden, que no es ningún preso de Guantánamo -sobre cuyos vuelos no hay objeción- sino el joven que ha denunciado que cualquier palabra tuya bastará para controlarte. Moby Dick.
EL PAJARITO