Murcia también tiene
SMS
No sólo Rajoy tiene SMS emocionantes, fruto de la transferencia
del cariño que le profesan sus amigos. Un amor, al parecer, no correspondido,
que parece que se va a diluir como cualquier romance de verano, aunque el
noviazgo dura ya más de 30 años, cuando el innombrable comenzó a hacerse el
tesorero más popular. Falta saber, no obstante, si la amistad sincera entre los
protagonistas acaba o no en tragedia. En Murcia también tenemos nuestro SMS (Servicio Murciano de
Salud),
fruto de otra transferencia de cariño del Gobierno central hacia sus
correligionarios en el Gobierno regional. En la misma sintonía, con el azul
mandando tanto en San Esteban como en La Moncloa, el SMS que nos enviaron no sólo fue a cobro revertido sino que se convirtió en el
principio de nuestra tragedia pues, como se dice por aquí popularmente: “mucho
te quiero perrito, pero pan poquito”. Paradójicamente, como suele ocurrir todo
en este país desde hace un tiempo, las transferencias de Sanidad a Murcia cavaron
la tumba de la autonomía pues -cuando el bisturí aún no actuaba sobre los
servicios públicos- el déficit con que nacieron y la gestión propia obligaban a
asumir una deuda que ha acabado con todo el sistema. Hoy, el SMS reenvía sus
enfermos a la sanidad privada, donde, como en el primer caso, el interés privado
interfiere en la necesaria calidad de los servicios públicos. La culpa la
tienen los móviles. Los móviles particulares.
EL PAJARITO
EL PAJARITO
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